Al exfoliar la piel, la piedra pómez ayuda a suavizar y eliminar las durezas y callosidades que pueden formarse en los pies por la presión o fricción.
Con estos beneficios, la piedra pómez también es un excelente elemento para prevenir la formación de grietas en los pies, sobre todo en los talones, lo que puede ser un punto de entrada para futuras infecciones.
Así, se reduce el riesgo de que bacterias u hongos penetren a través de pequeñas heridas o grietas, lo que podría causar infecciones como el pie de atleta.
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Lavado de pies con piedra pómez: por qué recomiendan hacerlo y para qué sirve
A través del uso de esta piedra no solo cuidarás a tus pies de posibles problemas, sino que los mismos se sentirán más suaves y agradables.
Paso a paso: cómo lavarse los pies con la piedra pómez
- 1. Remojo: sumerge los pies en agua tibia con jabón durante unos 5 a 10 minutos. Esto ablandará la piel y facilitará la exfoliación.
- 2. Prepara la piedra: humedece la piedra pómez en agua tibia para suavizarla y prepararla para su uso.
- 3. Exfoliación: frota suavemente la piedra pómez sobre las áreas ásperas de los pies, como los talones y los dedos, con movimientos circulares. No presiones demasiado para evitar irritaciones.
- 4. Enjuague: enjuaga bien los pies para eliminar cualquier residuo de piel muerta y la piedra pómez.
- 5. Secado: seca los pies con una toalla suave, dando pequeños toques para no irritar la piel.
- 6. Hidratación: aplica una crema hidratante para pies, especialmente en las áreas que exfoliaste, para mantener la piel suave e hidratada.
- 7. Limpieza de la piedra: lava la piedra pómez con agua y jabón después de cada uso para eliminar cualquier residuo de piel y evitar la proliferación de bacterias.