- El respeto mutuo en la pareja.
- Definir de qué tarta la relación, si buscan lo mismo, si sienten lo mismo.
- Trabajar en la comunicación como base del vínculo.
- Reservar el tiempo a solas para la pareja.
- Trabajar en la intimidad física.
- Aprender a ceder y comprometerse con la pareja.
- Afrontar las discusiones con respeto y entendiéndolas como una parte inevitable de cualquier relación.
Cuáles son las 2 enseñanzas que las parejas aprenden por las malas, según la psicología
El matrimonio enseña a la fuerza dos lecciones muy importantes y necesarias para el crecimiento de la relación. Se aprenden por las malas y a la fuerza cuando la pareja comprende que el otro es un ser humano con sus defectos, crianza, problemas y virtudes. Según la psicología, estas son las dos lecciones que deja el matrimonio:
Primera lección del matrimonio: nadie nace siendo una buena pareja y compañero
Nadie llega al matrimonio preparado y equipado con las habilidades y conocimientos para afrontar la vida en compañía. Las buenas parejas de construyen en conjunto, no existe una persona naturalmente buena y que se amolde a otra automáticamente.
Ser un buen compañero es ser consciente de los sentimientos del otro y los propios. Las parejas que trabajan en crecer y mejorar por el bien de ambos, suelen desarrollar empatía, comunicación asertiva, inteligencia emocional y toma de decisiones. Las conductas sanas en el matrimonio se aprenden por práctica, experiencia y fracaso.
Según un estudio titulado Personal Relationships que analiza el funcionamiento de las relaciones saludables, el conjunto de de estas habilidades se conoce como "competencia romántica".
Segunda lección: lo que pones en la pareja es lo que obtendrás de la otra persona
El matrimonio y la vida de parejas no es un río que fluye simplemente sin que sus partes hagan algo. No es una experiencia pasiva, la calidad de una relación de pareja es el reflejo del esfuerzo que ambos hacen. Según un estudio de Journal of Family Psychology, lo que pones en el vinculo es lo que recibes.
El esfuerzo se manifiesta con la presencia, atención, detalles, tiempo de calidad, resolución de problemas en pareja y agradecimiento. Cuando ambas partes del matrimonio aportan de forma equitativa y reciproca, los esfuerzos se equilibra y no caen sobre los hombros de una de las partes.
Ambas lecciones están interconectadas y son inseparables. La conclusión que las une es que el matrimonio no es fácil, un matrimonio feliz es el fruto de mucho trabajo e introspección.