La búsqueda de la perfección no entiende de géneros. Cada vez son más los hombres que recurren a las cirugías estéticas para ganarle al paso del tiempo. O al menos para intentar hacerlo. "Los hombres han aumentado el número de procedimientos, pero la cifra a lo largo de los años ha rondado el 10% del total del número de procedimientos", detalla el doctor Fabián Cortiñas, miembro titular de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica.
La intervención más popular entre ellos es la lipoaspiración, que es la remoción de grasa de áreas específicas (por lo general en la zona del abdomen y cintura) a través de pequeños orificios. Los hombres constituyen el 12% de las lipoaspiraciones que se hacen en el país, según la Sociedad Argentina de Cirugía Estética, Plástica y Reparadora (SACPER).
La segunda operación más frecuente en el mercado masculino es la rinoplastia, que es la cirugía estética de la nariz. Muy de cerca, le sigue la de párpados; una intervención a la que suelen apuntar con el fin de rejuvenecer la mirada. La idea es modificar las bolsas, el exceso de piel y, por lo tanto, lograr una mirada juvenil y relajada.
En cuarto lugar está la cirugía de ginecomastia (mama de aspecto femenino). "Es el procedimiento que más ha aumentado en los últimos 18 años", aseguran desde SACPER. Y, por último, el lifting facial.
¿Cuáles son los motivos detrás de este creciente interés por las cirugías estéticas por parte de los hombres? "Hay un aumento de la calidad y expectativa de vida", remarca Cortiñas. Esto afecta por igual a los dos géneros. Además, la cirugía estética es una práctica que se ha generalizado en los últimos años en las distintas clases sociales, por lo que "hay menos angustia (por parte de los hombres) en revelar los tratamientos a los que se someten", concluye el especialista.
Otro factor clave es la alta exigencia impuesta por la sociedad en lo que respecta al aspecto físico y su vínculo con el éxito o desarrollo personal. Por eso, para muchos, la cirugía estética es vista casi como una "inversión laboral". La idea es "si me veo bien, me va a ir bien".
La gran difusión de información respecto de los procedimientos y la amplia oferta de tratamientos también hace que la gente se anime más a pasar por el quirófano. Los especialistas advierten que, a veces, la gente pierde de vista que no dejan de ser intervenciones quirúrgicas y, como tal, deben ser realizadas por personal idóneo para prevenir, en lo posible, complicaciones.
En este sentido, se sugiere elegir cirujanos plásticos que sean miembros de SACPER, informarse sobre los posibles riesgos asociados a la operación; asegurarse de que la intervención se haga en un quirófano adecuado; hacerse todos los exámenes pre quirúrgicos; informarse sobre los cuidados pre y post operatorios y consultar con varios especialistas.