Se trata de un diminuto pedazo de tierra que desafía todo lo que creemos conocer sobre agua, sal y vida. Más salado que casi cualquier otro rincón del mundo, nos invita a cuestionar los límites de lo posible bajo temperaturas extremas.
La tierra más salada del mundo está en el lugar más frío: no se congela por la salinidad
Don Juan Pond se halla en el extremo occidental del valle Wright, en la zona conocida como South Fork, dentro de los valles secos de McMurdo, en la Tierra de Victoria, Antártida. Su nombre proviene de los dos pilotos de helicóptero, Don Roe y John Hickey, quienes participaron en la exploración que lo descubrió hacia 1961.
Aunque más allá de ser historia, es su geografía única en el mundo la que lo vuelve fascinante, rodeado de rocas desnudas, con un clima casi marciano, extremadamente seco y frío, en pleno hielo antártico, vive un lago que, contra todo pronóstico, desafía al invierno polar.
¿Cómo es la tierra más salada del mundo?
- Sus aguas están saturadas hasta niveles inimaginables: su contenido de sales sobrepasa el 40 % (en ciertos momentos se acerca al 44 %). Al compararlo con otros cuerpos, está muy por encima del océano promedio y del célebre mar Muerto cuando se habla de concentración de sal.Pero no es sal común: su principal componente es cloruro de calcio (CaCl), que confiere propiedades físicas especiales al agua.
- Pese a estar en un entorno donde las temperaturas invernales pueden caer a –50 °C, las aguas de Don Juan Pond permanecen líquidas. Esta resistencia es posible gracias a su salinidad extrema y a la presencia del cloruro de calcio, que reduce el punto de congelación del agua.
- No se trata de una tierra de un vasto océano ni de un lago profundo y ancho: es un estanque poco profundo, de fondo plano, que en ciertos periodos apenas alcanza decenas de centímetros de profundidad. Su tamaño ha variado con los años, y en temporadas puede reducirse dramáticamente, dejando zonas secas o con mínimas charcas.
- Don Juan Pond es una tierra ideal para estudiar las condiciones extremas: su composición y entorno son comparables a escenarios que podrían existir en otros planetas como Marte.





