Cuando hablamos de soja en Argentina, es imposible no mencionar a la provincia de Buenos Aires, la verdadera protagonista de este cultivo que mueve millones y millones de dólares para el país.
Cuando hablamos de soja en Argentina, es imposible no mencionar a la provincia de Buenos Aires, la verdadera protagonista de este cultivo que mueve millones y millones de dólares para el país.
La provincia reúne condiciones ideales para este cultivo: suelos fértiles, clima templado y una infraestructura que facilita la logística de la producción y exportación. Esto permite que los productores de Buenos Aires logren altos rendimientos y mantengan una producción constante que abastece tanto al mercado interno como a la demanda internacional. Pero ¿Qué pasa con las otras provincias que cumplen con estas condiciones?
Lo interesante es que, aunque otras provincias como Santa Fe y Córdoba también son importantes productoras, la escala y diversidad de terrenos en Buenos Aires la posicionan como la líder indiscutida. Desde el norte hasta el sur de la provincia, miles de hectáreas se destinan a la soja, involucrando a pequeños productores familiares y grandes empresas agroindustriales.
Pero esta actividad no solo significa números: la soja en Buenos Aires genera empleo, impulsa pueblos rurales y es el motor de economías regionales que dependen de la agricultura para crecer. Sin embargo, también trae desafíos, como la necesidad de cuidar el medio ambiente y garantizar que la producción sea sustentable en el tiempo.
El ranking quedaría conformado de la siguiente manera, según el informe del gobierno:
Además, la soja de Buenos Aires es una pieza clave en la cadena de exportación argentina, con destinos que incluyen China, Europa y países de Asia. Así, cada cosecha representa no solo un logro agrícola, sino también un puente que conecta a Argentina con el mundo.