Bajo esta predicción, Trump considero que China no podría soportar una guerra comercial prologada. La realidad fue más compleja, con ambos países enfrentando desafíos económicos y negociando acuerdos para mitigar los efectos adversos. La guerra comercial entre Estados Unidos y China afectó las cadenas de suministro globales y generó incertidumbre en los mercados financieros.
Si Donald Trump cumple sus promesas, y en su primer discurso ha asegurado que lo hará, Estados Unidos impondrá aranceles del 60% a los productos chinos, lo que podría desatar una versión 2.0 de la guerra comercial que ya comenzó el propio Trump en 2018.
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La guerra comercial entre Estados Unidos y China
Las predicciones de Donald Trump sobre la relación comercial con China no solo influyó en su primera presidencia, sino que sigue marcando el panorama global. Ahora, con nuevas amenazas arancelarias, tanto aliados como adversarios enfrentan incertidumbre, lo que podría desencadenar una nueva ola de inestabilidad económica.
Según explica el portal El País en JLab, con sede en California, el director ejecutivo Win Cramer ya había trasladado sus cadenas de suministro fuera de China para eludir los aranceles impuestos durante la primera presidencia de Trump. Además de la congelación de contrataciones impuesta hasta junio en medio de la incertidumbre electoral, su siguiente paso será aumentar los precios de los auriculares y productos inalámbricos de la empresa si esta vez se aplica un arancel universal.
Así mismo, para ganar a la competencia, algunas empresas están:
- adelantando pedidos
- buscando nuevos proveedores
- renegociando las condiciones con los existentes
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Crédito: EFE/EPA/Aaron Schwartz/Pool.
Todos los casos tienen cosas en común: la renovada tensión conlleva más costes, en forma de mayores inventarios y envíos urgentes con precios más altos, o la incertidumbre de arriesgarse a cambiar de proveedores cuya fiabilidad no está contrastada.
El problema es que, a pesar de todas las medidas preventivas que se están tomando, no hay garantía de que las estrategias que ayudaron a algunas empresas a soportar la primera guerra comercial de Donald Trump funcionen ahora