"Yo voy a usar toga y espero que los demás integrantes de la Corte lo hagan", dijo el usía y explicó que será optativo, aunque confía que la mayoría adopte el uso de esa prenda.
Valerio, que viste sombreros en su diario vivir y en los tribunales, argumentó que vestir la toga es señal de igualdad entre varones y mujeres. Que viene trabajando en este proyecto desde junio y que también tiene una motivación sanitaria, a raíz de la pandemia de coronavirus. "La toga es fácil de lavar, ya sea que el juez la use en su casa o en la sala de audiencias".
Para el magistrado, los símbolos son un aspecto muy importante no solo en su vida particular -conocidos son sus antecedentes en la masonería- sino en la tribunalicia. Por ejemplo, el mazo. Simboliza la autoridad del juez y aunque en Mendoza prácticamente no se utiliza, en cada una de las salas de audiencias de los tribunales provinciales hay un mazo bien a la mano del juez que preside el tribunal.
En los pórticos de la fachada oeste del edificio central del Poder Judicial, que da a calle Patricias Mendocinas, pueden verse, en sobrerrelieves de bronce: la balanza, el búho, el libro con la rama de roble que simbolizan la igualdad, la posibilidad de ver todo en medio de la oscuridad y la ley respectivamente.
Que la toga sea negra es también para Valerio un indicio de sobriedad. "No entiendo a los jueces que se presentan en los tribunales en mangas de camisa", dijo.
Según el diccionario
Dice el diccionario que la toga es una "prenda de vestir larga y amplia semejante a una túnica abierta, con mangas anchas y a veces con esclavina o muceta, que se lleva sobre otras prendas y sirve de distintivo en determinados actos entre licenciados, doctores y catedráticos universitarios o entre magistrados, jueces y abogados".
De hecho, a los jueces también suele llamárselos togados por la identificación con esa prensa. Sin embargo, la no utilización de esta prenda, en Argentina al menos, tornó casi inútil ese sinónimo.