Tras su cuidadosa extracción, el ánfora recibió tratamiento especial en el Laboratorio de Arqueología Submarina de la Universidad Akdeniz en Kemer. Los científicos abrieron meticulosamente el sello, proceso que tomó aproximadamente una hora, para analizar muestras del contenido.
La conservadora Rabia Nur Akyüz explicó que mantuvieron el ánfora constantemente húmeda para preservar su frágil estado después de tanto tiempo sumergida en el océano. Este protocolo resulta fundamental para evitar daños irreparables en artefactos recuperados de entornos marinos.
anfora descubrimeinto.png
El descubrimiento permaneció oculto por más de 1000 años.
La profesora Meltem Asiltürk Ersoy, del Departamento de Ciencia e Ingeniería de Materiales, destacó la complejidad del análisis después de un período tan prolongado bajo el agua, señalando que los científicos necesitarán múltiples pruebas para comprender las transformaciones químicas ocurridas.
Los arqueólogos consideran que el contenido podría ser aceite de oliva, vino, salsa de pescado o algo completamente inesperado, lo que convierte este hallazgo en una cápsula del tiempo culinaria.
Navegantes y aceitunas: una relación milenaria
El análisis del naufragio permitió a los científicos reconstruir la ruta comercial del barco. De acuerdo con registros históricos y la tipología de las ánforas descubiertas, la embarcación había zarpado de la costa de Gaza en Palestina antes de sucumbir a una tormenta frente a Ka.
El Dr. Öniz señaló un dato revelador: durante aproximadamente 5.000 años, las aceitunas fueron un "alimento indispensable para los marineros del Mediterráneo". Su naturaleza no perecedera las convertía en provisiones ideales para largos viajes marítimos.
Sumergidas en agua de mar dentro de ánforas, las aceitunas se volvían comestibles en una semana y podían durar meses sin estropearse. Este método de conservación resultaba crucial para la supervivencia de las tripulaciones, que también llevaban trigo y animales vivos a bordo.
La embarcación comercial probablemente visitó múltiples puertos, transportando aceite de aceitunas desde Gaza, un producto de exportación clave de la época. El Dr. Öniz sugirió que también podría haber transportado vino, posiblemente originario de la región Tekirda arköy-Gaziköy, destinado a inmigrantes, peregrinos cristianos o como regalos para visitantes de Jerusalén.
Los hallazgos extraídos del fondo oceánico serán exhibidos en el próximo Museo de Arqueología Submarina del Mediterráneo en Kemer, enriqueciendo nuestro entendimiento de las redes comerciales antiguas y las prácticas culinarias en la región mediterránea.