Los jeroglíficos escondidos muestran cuernos de toro en el tocado de Ramsés II, simbolizando "ka", la fuerza vital divina, junto a un rectángulo que representa "apaciguar". Esta combinación formaba un mensaje que alentaba ofrendas a la "fuerza ka de Amón", según explica el egiptólogo francés.
Olette-Pelletier identificó un total de siete mensajes encriptados en las diferentes caras del obelisco, cada uno contribuyendo a una narrativa más amplia que reforzaba la legitimidad y estatus divino del faraón.
El monolito, originalmente ubicado en el Templo de Luxor en el Alto Egipto durante el siglo XIII a.C., llegó a Francia en 1830 como regalo diplomático del virrey egipcio. Su posición inicial junto al río Nilo tenía gran importancia dentro del contexto arquitectónico y simbólico del templo.
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El obelisco de Luxor, protagonista de un nuevo descubrimiento.
Ramsés II, quien gobernó durante impresionantes 66 años, fue reconocido por sus extensos esfuerzos de relaciones públicas. La construcción de numerosos monumentos para solidificar su poder forma parte de la estrategia propagandística del faraón, ahora mejor comprendida gracias a estos hallazgos.
Los resultados de este análisis serán publicados en la revista ENiM (Egipto del Nilo y Mediterráneo), aunque todavía no se conoce la fecha exacta en la que eso sucederá.