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Según los expertos en astronomía, este exoplaneta está situado muy cerca, a tan solo 48 años luz del sistema solar, en dirección a la constelación de Ofiuco. En consecuencia, es el ejemplo más fácil de estudiar al planeta. De esta forma, se determinó que cuenta con una alta concentración de dióxido de carbono, a tal punto que se puede comprar con Venus.
Respecto al descubrimiento, Kazumasa Ohno explica: “La señal de CO2 detectada en el primer estudio es minúscula, por lo que fue necesario un análisis estadístico minucioso para garantizar que fuera real". Esto llevó al especialista a utilizar modelos teóricos para ejecutar una plétora de escenarios hipotéticos sobre la atmósfera del planeta.
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El telescopio James Webb es vital para el trabajo de astrónomos.
Más allá del impactante descubrimiento, los astrónomos enfatizan la necesidad de estudios futuros para ampliar sus hallazgos sobre este misterioso exoplaneta. Aquí es importante mencionar que el análisis de estos planetas siempre es complicado por las altas y espesas capas de nubes que con frecuencia oscurecen las atmósferas inferiores. En casos, incluso utilizando el telescopio James Webb, resulta casi imposible determinar de qué están compuestos y cómo están formados los exoplanetas.