El manejo de la vida diaria implica saber vivirla bajo cualquier aspecto. Pues en tiempos donde la ira, el estrés mental y el descontrol parece dominarlo todo, un antiguo proverbio chino cobra fuerza y se posiciona como una de las frases más inspiradoras de su filosofía para quienes buscan avanzar en su vida personal, pero sienten que no tienen tiempo.
En la vasta tradición de la filosofía china, algunos proverbios han trascendido siglos por su capacidad de explicar verdades universales con una simpleza sorprendente. El emblemático lema para la sección de hoy dice: “La mejor época para plantar un árbol fue hace 20 años. La segunda mejor época es ahora.”
Filosofía china: “La mejor época para plantar un árbol fue hace 20 años. La segunda mejor época es ahora.”
Esta frase es muy contundente, revela una verdad esencial: nunca es tarde para comenzar. El tiempo solo se agota cuando se termina la vida; mientras tanto, siempre existe una posibilidad para transformar el presente y construir un futuro mejor.
Es una lección sobre el tiempo y las oportunidades, ideal para reflexionar sobre dos aspectos centrales de la existencia:
El valor del pasado: lo ideal siempre habría sido empezar antes, tomar una decisión, iniciar un proyecto o cambiar un hábito hace años. Pero lamentarse no transforma nada.
El poder del presente: lo único que tenemos es el ahora, un espacio donde sí podemos actuar. Comenzar hoy, aunque parezca tarde, siempre será mejor que no hacerlo nunca.
La filosofía china entiende al tiempo como un flujo constante, donde cada instante contiene la semilla del cambio. Por eso, este mensaje es una guía para quienes sienten que han perdido oportunidades o que su vida está “fuera de tiempo”.
Ya sea que busques iniciar un nuevo proyecto, retomar estudios postergados, sanar vínculos e incluso ahorrar, todas estas acciones tienen un punto común: requieren dar un primer paso, aunque ese paso no haya llegado hace veinte años.
Pues en una era dominada por la inmediatez, muchas personas sienten que todo debe lograrse rápido o temprano, y que cualquier demora es un fracaso. La filosofía china, en cambio, propone una mirada más compasiva y realista: el verdadero fracaso no es empezar tarde, sino no empezar nunca.
A dejar de lado el miedo, la culpa o la duda, y a entender que cada día trae una oportunidad nueva. Aunque el reloj avance, mientras haya vida, siempre habrá tiempo para comenzar algo que valga la pena.






