En el contexto que estamos atravesado surgen diversas complicaciones que hacen que se deba permanecer menos tiempo en la internación, que exista la dificultad de ocupar camas en terapia intensiva por mucho tiempo y que las cirugías estén limitadas, estos acontecimientos motivaron al equipo del hospital a aplicar esta nueva técnica lo cual permite que el tratamiento quirúrgico sea menos invasivo.
“Esto nos otorga muchísimas ventajas, la primera es no utilizar la terapia intensiva y la segunda es que se reduce la necesidad de las transfusiones sanguíneas en solamente un 5% de los casos. El niño que nosotros intervenimos en el día de ayer, hoy mismo está siendo dado de alta, es decir que tuvo una estadía de internación de 24 horas no requirió de terapia intensiva y hoy está prácticamente asintomático y continúa su recuperación en su casa” comentó Pelleriti.
En cuanto a la incidencia de esta patología, la misma es variable dependiendo de qué tipo de craneoestenosis sea. Sin embargo, se estima que es uno cada 1.000 o 2.000 nacidos vivos.
Según la doctora Mariana Cuervo, quien también participó de la cirugía; “el tema más allá de la patología es cuando nos llegan los niños para ser evaluados, como dice el doctor tenemos un tiempo límite como para poder hacer una cirugía ya sea endoscópica como hemos empezado ahora, o bien una cirugía a cielo abierto”.
Esto significa que es muy importante una derivación temprana del paciente ya que esta cirugía no puede aplicarse a niños de más de 6 meses. “Por eso ahora queremos incitar mucho a la comunidad pediátrica a tratar de derivar a estos niños con anticipación, porque nos darían la posibilidad de hacer este tipo de cirugía que como bien dijo el doctor tiene muchos beneficios respecto a la otra” culminó la doctora Cuervo.
Desde la Dirección del Hospital, el doctor Jorge Pérez destacó la importancia que tiene el hospital en cuanto a la demanda de este tipo de cirugías ya que es el único hospital pediátrico de la región. Además, subrayó lo que representa esta cirugía disminuyendo la posibilidad de mantener a un paciente en terapia, por ende, reduciendo los riesgos para el mismo, así como también el manejo del dolor y la reducción del costo de los hemoderivados.