La elección del primer pontífice estadounidense en la historia trajo consigo una peculiar controversia deportiva en Chicago. El Papa León XIV, anteriormente conocido como el Cardenal Robert Prevost, demostró ser un verdadero seguidor de los White Sox tras la aparición de un video que lo muestra en las gradas durante la Serie Mundial de 2005.
Joe Binder, bloguero de Sox on 35th, desenterró las imágenes que muestran al actual pontífice con expresión tensa mientras el cerrador Bobby Jenks aseguraba la victoria 5-3 contra los Houston Astros en el Juego 1. Este hallazgo despeja cualquier duda sobre la lealtad deportiva del sumo pontífice.
La guerra de equipos por el Papa León XIV
Durante las primeras horas tras su elección, surgió confusión sobre las preferencias deportivas del nuevo líder de la Iglesia Católica. Un informe erróneo de ABC News llevó a muchos, incluidos los propios Cubs, a creer que el pontífice apoyaba a este equipo.
Sin embargo, el hermano del Papa aclaró la situación en declaraciones a WGN News: "Nunca, jamás fue seguidor de los Cubs, así que no sé de dónde salió eso. Siempre apoyó a los Sox. Nuestra madre era aficionada de los Cubs, tal vez por ahí surgió la confusión, y nuestro padre era fan de los Cardinals".
La confirmación visual con este nuevo video elimina cualquier duda. Las imágenes captaron al ahora Papa León XIV en un momento histórico para el béisbol de Chicago, cuando los White Sox ganaron su primera Serie Mundial en 88 años tras barrer a los Astros.
El fervor por contar con un pontífice aficionado al béisbol llegó a tal punto que los White Sox celebraron el nombramiento con una felicitación en su estadio Rate Field antes de un partido contra los Miami Marlins, aunque cometieron un error al señalarlo como el papa número 268, cuando en realidad es el 267.
El fenómeno del primer papa estadounidense
La elección de un pontífice nacido en Chicago generó un entusiasmo sin precedentes en Estados Unidos. El hallazgo del video constituye un hecho anecdótico que humaniza la figura del líder religioso ante millones de fieles.
Las imágenes difundidas muestran a un Robert Prevost visiblemente nervioso mientras su equipo conseguía una histórica victoria. Esta faceta como aficionado deportivo añade una dimensión cercana a quien hoy ocupa el trono de San Pedro.
Muchos se preguntan ahora si el Papa León XIV podría convertirse en el primer pontífice en realizar el lanzamiento inaugural en un partido de las Grandes Ligas, uniendo así dos mundos aparentemente distantes: la espiritualidad católica y el béisbol estadounidense.
La controversia amistosa entre los dos equipos de Chicago por reclamar al papa como seguidor demuestra el impacto cultural que tiene el deporte en la sociedad americana, capaz incluso de alcanzar las más altas esferas del Vaticano.
