El pueblo de Nueva York que enamora a los turistas.
Los habitantes de las grandes urbes como Nueva York suelen buscar destinos cercanos para escapar del ritmo frenético que impone la vida cotidiana, especialmente quienes viven en la gran manzana y necesitan una pausa del asfalto y los rascacielos.
Sobre las orillas del río Hudson, entre las imponentes montañas Catskill, emerge un pequeño pueblo de Saugerties que conquistó a viajeros y medios especializados hasta el punto de que la revista Budget Travel lo incluyó entre "las ciudades pequeñas más geniales de Estados Unidos".
El centro histórico de Saugerties despliega sus calles empedradas entre tiendas de antigüedades donde cada objeto parece contar una historia particular del pasado americano, mientras los cazadores de tesoros encuentran en el Saugerties Antiques Center piezas únicas que transforman cada visita en una aventura de descubrimiento.
Los amantes de la moda vintage pueden perderse durante horas en Pop Vintage Antiques, que despliega una extraordinaria colección de ropa retro, discos de vinilo y joyas seleccionadas cuidadosamente por expertos locales, mientras que Chambers Vintage exhibe prendas atemporales del siglo XX y Rayann's Creative Instinct seducen con disfraces y atuendos para ocasiones especiales.
La historia cobra vida en el imponente faro construido en la década de 1860, reinventado como un acogedor bed & breakfast que permite a los visitantes dormir junto al río Hudson, mientras que la naturaleza despliega todo su esplendor en la reserva Esopus Bend, con sus 161. hectáreas de senderos donde la flora y fauna local se muestran en estado puro.
El arte encuentra su máxima expresión en Opus 40, una galería al aire libre única en Estados Unidos donde monumentales esculturas terrestres dialogan con el paisaje montañoso, mientras que las cascadas Kaaterskill asombran con su libre caída de 80 metros que hipnotiza a los visitantes en el corazón. de las montañas Catskill.
Experiencias de lujo el pueblo de Saugerties
Los viajeros que buscan experiencias más refinadas se encuentran en el Diamond Mills Spa Resort un refugio de lujo con vistas privilegiadas al arroyo Esopus y sus cascadas naturales, complementado por propuestas comerciales como Strange Love y Capsule Collection Boutique que satisfacen a los compradores más exigentes.
La escena gastronómica local privilegia los ingredientes de granjas cercanas en una propuesta que refleja la esencia del valle del Hudson, mientras que la cuidada transformación del centro histórico logró mantener el delicado equilibrio entre la preservación del patrimonio arquitectónico y las demandas contemporáneas del turismo sin perder su autenticidad.
Cómo llegar desde la Gran Manzana
El camino desde Manhattan resulta sencillo y pintoresco, los viajeros deben tomar NY-9A Norte durante aproximadamente veinte minutos para comenzar su recorrido hacia este rincón mágico del Hudson Valley, donde el tiempo parece regresarse entre tiendas vintage y paisajes naturales.
Una vez en la autopista, el trayecto continúa por Palisades Interstate Parkway Norte antes de incorporarse a la I-87 Norte, en un recorrido que combina la comodidad de las rutas estadounidenses con vistas espectaculares del valle del Hudson y las montañas circundantes.
Después de aproximadamente una hora y cuarenta minutos por la I-87 Norte, los viajeros deben tomar la salida 20 y continuar por NY-212 Este durante apenas tres minutos hasta llegar a Main Street, el corazón histórico de este destino que cautiva desde el primer momento.
