Estados Unidos reanudó las ejecuciones a nivel federal, independientes de las efectuadas en cada estado, el pasado julio por orden del fiscal general del país, William Barr, tras una moratoria de 16 años.
Antes de que Trump asumiera el cargo, solo se habían llevado a cabo tres ejecuciones federales en este período; las mismas que restan cumplirse hasta el 20 de enero, fecha del recambio presidencial.
Todas se llevaron a cabo bajo el mandato del presidente republicano George W. Bush, e incluyeron al preso Timothy McVeigh, condenado por un atentado con bomba en un edificio federal de Oklahoma City.
Estaba previsto que Montgomery fuera ejecutada en Terre Haute, Indiana, el 8 de diciembre, pero se impuso una suspensión después de que sus abogados contrajeron coronavirus mientras la visitaban en prisión.
El 26 de diciembre, el juez Randolph Moss anuló una orden de la Oficina Federal de Prisiones que reprogramaba su muerte para el 12 de enero, al fallar a favor de un pedido de la defensa de Montgomery que dijeron que no se podía fijar una fecha mientras existiera una suspensión.
Pero un panel de tres jueces de la Corte de Apelaciones del Circuito del Distrito de Columbia concluyó que el juez de primera instancia retrasó la fecha por error y restableció la ejecución.
De llevarse a cabo, Montgomery sería la primera mujer en recibir la pena de muerte desde Bonnie Brown Heady, condenada por secuestro y asesinato y ejecutada el 18 de diciembre de 1953, según el registro de la Oficina de Prisiones.