La estación más adecuada para podar un limonero es a finales del invierno o principios de la primavera, justo antes de que comience el ciclo de crecimiento activo del árbol.
Aunque algunos prefieren podar en el otoño, este puede ser un período riesgoso para el limonero, ya que la planta comienza a entrar en su fase de reposo, y cualquier daño podría afectarla a largo plazo.
Entre invierno y primavera, el limonero está en su fase de reposo vegetativo, lo que significa que su actividad interna es mínima y la poda no lo estresa tanto. De esta manera, su recuperación será más rápida e incluso harás que nuevas ramas broten con más fuerza.
Ya lo sabes, si tienes un limonero en tu jardín y necesita una poda, será mejor que esperes hasta el fin del invierno o el comienzo de la primavera para que el mismo crezca más rápido.
Los beneficios de tener un limonero en el jardín
Dejando de lado la poda, hay que decir que tener un árbol limonero en el jardín tiene una serie de grandes beneficios como los que se muestran a continuación:
- Limones en tu propia casa
- Belleza y atractivo en el jardín
- Purificación del aire
- Reducción del estrés y una mejora en el estado de ánimo
- Cuidado del medio ambiente
- Relación con la buena suerte