En épocas de verano, pero también en épocas de frío con medias por debajo, los niños suelen utilizar calzado más fácil y cómo de colocar. En ese mundillo, las crocs son la estrella y las más utilizadas. Sin embargo, muchos padres no saben o no tienen en cuenta lo que recomiendan los especialistas en la salud de los menores.
Las crocs son las preferidas de casi todos los niños.
Las crocs son un tipo de calzado informal que fue creado para personal médico hace varios años pero que en el último tiempo ha tenido una amplia difusión, sobre todo en niños. Pese a su diseño antiestético, estos elementos de goma son cómodos para utilizar entrecasa y sobre todo para el momento de asistir a una pileta o una playa, debido a su frescura pero también a ser más ajustados que unas ojotas convencionales. Pero, ¿qué tan saludables son?
¿Los niños pueden usar crocs?
Los niños, y sobre todos su padres, suelen elegir las crocs porque traen varios beneficios. Son prácticas, económicas, duraderas, cómodas y hasta ahora se pueden decorar con pines de los dibujitos animados o personajes de los pequeños. Sin embargo, no es todo color de rosas y hay que tener ciertas precauciones al momento de elegir este tipo de calzado, según revelaron pediatras y podólogos.
Lo primero y principal que hay que tener en cuenta es que originalmente las crocs fueron diseñadas para niños de 8 años en adelante. Este último punto es clave ya que no son anatómicamente ideales y hasta esa edad es que los pequeños están desarrollando la forma de su pie en forma intensa, por lo que no se puede ver afectado ese proceso por un calzado incorrecto.
De hecho, luego de esa edad se pueden utilizar las crocs pero los padres deben tener en cuenta que no debe ser un uso diario y rutinario sino que debe ser para ocasiones especiales. Por ejemplo, cuando los niños van a una pileta o a la playa y necesitan un calzado más ligero. Así se disminuirá el riesgo de lesiones futuras y hasta de aparición de hongos, debido a inadecuada ventilación de la transpiración del pie.