Psicología

El sesgo invisible que sabotea tus decisiones: lo que tu cerebro no te deja ver

Descubrí cómo un sesgo cognitivo en tu cerebro y pensamiento distorsiona tus decisiones y qué podés hacer para pensar con mayor claridad

Vivimos rodeados de elecciones: qué comer, cómo invertir, en quién confiar. Pero, ¿sabías que muchas veces no decidís tan libremente como pensás? Un error oculto en tu cerebro y tu pensamiento, un sesgo cognitivo, puede influir sin que te des cuenta, llevándote a decisiones equivocadas que afectan tu trabajo, tus relaciones y tu salud y bienestar.

Esta nota te revela por qué pasa y cómo evitarlo.

¿Qué es un sesgo cognitivo y cómo actúa en tu cerebro?

La psicología define un sesgo cognitivo como un error sistemático en la forma en que nuestro cerebro procesa información, interpreta la realidad o evalúa opciones.

Cuando enfrentamos decisiones, sobre finanzas, trabajo, relaciones, salud, nuestro cerebro muchas veces evita pensar demasiado: recurre a atajos mentales, llamados “heurísticas”, que permiten respuestas rápidas.

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Cuando enfrentamos decisiones clave, nuestro cerebro muchas veces evita pensar demasiado y recurre a atajos mentales, llamados “heurísticas”.

Cuando enfrentamos decisiones clave, nuestro cerebro muchas veces evita pensar demasiado y recurre a atajos mentales, llamados “heurísticas”.

Estos atajos pueden distorsionar la lógica, nos hacen ignorar información importante, favorecer ideas preconcebidas o sobrevalorar la primera opción que nos llega. Por eso, aunque creas que decidís con libertad, tu mente puede estar guiándote por “atajos” invisibles.

Cómo los sesgos distorsionan tus decisiones

En muchos ámbitos, desde decisiones cotidianas hasta elecciones claves de vida, los sesgos influyen sin que lo notemos. Un artículo reciente revisó cómo los sesgos cognitivos afectan a profesionales en finanzas, medicina, derecho y gestión: encontró que varios de esos errores mentales, como la sobreconfianza, llevan a decisiones erróneas.

Cuando dependés de esas decisiones en tu trabajo, en inversiones, en relaciones personales las consecuencias pueden ir más allá de un error puntual, pueden generar estrés, arrepentimiento e inseguridad. El impacto en tu bienestar psicológico y emocional puede ser real.

Además, en situaciones de crisis o presión (muchas decisiones importantes se dan bajo estrés, urgencia o información incompleta), los sesgos se amplifican: el cerebro prioriza rapidez por sobre análisis, lo que incrementa la probabilidad de errores.

Con frecuencia, no somos conscientes de que estas “fuerzas invisibles” están operando. Pensamos que decidimos racionalmente, pero en realidad nuestro pensamiento ya fue moldeado antes de que sepamos.

¿Qué podés hacer para tomar mejores decisiones?

  • Tomate un momento antes de decidir: pausar te da tiempo para sortear el impulso del sesgo.
  • Cuestioná tus certezas: buscá información que contradiga lo que pensás, no solo lo que confirma tu idea.
  • Revisá decisiones importantes con otra persona de confianza: otra perspectiva puede revelar lo que tu cerebro omite.
  • Reducí decisiones bajo presión o estrés: cuando el contexto es urgente, aumenta la probabilidad de errar.
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Antes de tomar decisiones clave es importante pausar y darte un tiempo para sortear el impulso del sesgo cognitivo.

Antes de tomar decisiones clave es importante pausar y darte un tiempo para sortear el impulso del sesgo cognitivo.

Los sesgos cognitivos no son fallas personales, son mecanismos de nuestro cerebro que muchas veces funcionan para simplificar la realidad.

Pero esa simplificación puede traernos problemas, sobre todo cuando las decisiones importan. Conocerlos y aprender a detectarlos, puede marcar la diferencia entre una elección sabia y un error que afecte tu vida, tu bienestar y tu futuro.

Fuentes: Science Direct y Research Gate

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