Los jueces que llevaron adelante el megajuicio pidieron al Papa Francisco por los curas que hayan tenido algún tuvo de participación en los delitos cometidos durante la última dictadura en el Sur provincial, una medida que llamó la atención de las partes y del público.

En el punto 39 de su sentencia, el Tribunal Oral Federal N°2 ordenó "librar oficio al jefe del Estado de la Ciudad del Vaticano a fin de poner en su conocimiento las graves intervenciones de sacerdotes de la Diócesis de San Rafael en crímenes de lesa humanidad".

El fiscal Dante Vega comentó que aún tiene que leer en detalle el pedido del tribunal pero considera que esta medida "hace saber al poder del Vaticano esta situación".

Aunque el oficio sólo hace esta referencia sin dar nombres, sin dudas que el principal protagonista de esta situación es el sacerdote Franco Reverberi, de 79 años, que desde 2011 vive en el pueblito italiana de Enzano di Sorbolo, de apenas 300 habitantes.

Este cura había declarado en el primer juicio por delitos de lesa humanidad que se hizo en 2010 en San Rafael.

Por lo menos cinco víctimas aseguraron haber visto a Reverberi, que en la década de 1970 era capellán de Ejército, en los calabozos del centro de detención conocido como "La Casa Departamental".

Roberto Flores atestiguó en ese juicio que el sacerdote, con Biblia en la mano, presenciaba las torturas. Otros dos dijeron haberlo visto en el centro de detención y un tercero lo observó bendiciendo armas y usando traje militar.

Por esto se le abrió una causa como "partícipe secundario del delito de tormentos", pero antes que se lo llamara a declarar se fue a Italia, su país natal, cuya justicia rechazó la extradición solicitada desde el Juzgado Federal local.

La Corte de Apelaciones de Bolonia consideró que no hubo pruebas que demostraran que Reverberi haya asistido a sesiones de tormentos.

La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de San Rafael envió en 2013 una carta al Papa Francisco pidiendo su intervención para que el sacerdote venga al país.

Y en julio de 2016 la Asociación Antigone, una ONG de derechos humanos de Italia, convocó a un boicot a las misas que oficie Franco Revérberi en la parroquia de San Andrés Apóstol.

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