"El desierto se está comiendo el oasis, estamos en un proceso de deterioro donde hay cada vez menos agua y se usa cada vez peor, si no hay un cambio la vamos a pasar mal". Este fue el duro análisis que hizo el superintendente de Irrigación, Sergio Marinelli, ante la complicada situación que se vivirá en los ríos por la menor acumulación de nieve en cordillera.

El funcionario dejó de hablar de emergencia hídrica (es el noveno año consecutivo) y pasó a hablar de un "Plan de Sequía", que se dará a conocer el 12 de octubre junto al pronóstico hidrológico y el plan de erogación.

"Queremos replicar planes exitosos que hubo en España para administrar mejor el agua y que la utilicen los que realmente la necesiten. Primero para consumo humano y luego para el agro como dice la ley actual", dijo el superintendente, y agregó que "este año va ser complicado para el turismo".

En este contexto señaló que "buscamos planificar el uso del agua mediante el riego acordado y restringir el derecho de riego en fincas abandonadas, por eso vemos con buenos ojos un proyecto de ley que presentó Jorge Tanús para el reempadronamiento". Además, señaló que "este plan, que busca direccionar la oferta a quienes más lo necesiten de acuerdo a sus cultivos, deberá ser aprobado por la Legislatura".

No sólo preocupa el riego en fincas, (el 50% están abandonadas), sino también las pérdidas que se provocan en las zonas urbanas por la falta de inversión en la red de distribución. "Necesitamos una política de Estado que obligue a los gobiernos a invertir todos los años en el mantenimiento de las cañerías", agregó Marinelli y dijo que "irremediablemente en el futuro vamos hacia el consumo medido".

En cuanto a mejorar el riego intra finca, la idea es hacerlo con el menor gasto posible para los regantes y se los está capacitando para cuidar el recurso. Otro tema que se va a evaluar es bajar el costo del derecho de riego en zona de loteos para que la gente deje de usar el agua potable para regar y se acostumbre a hacerlo con el agua que fluye por las acequias.

"Lo cierto es que si no existe un plan de desarrollo para el futuro que pueda calcular la oferta y la demanda con un uso del recurso hídrico adecuado, el desierto se va seguir comiendo al oasis y mucha gente la va a pasar muy mal", manifestó el funcionario.

Por eso consideró que "nos tenemos que poner de acuerdo todos para no perjudicar a nadie. Es necesario que el que necesite agua para mantener sus cultivos tenga la suficiente y para eso hay que ahorrar el recurso".

 Embed