Unas 10 causas por venta de drogas sintéticas se tramitan en el Juzgado Federal de San Rafael. Una de las más importantes está relacionada con un kiosco de drogas que se desmanteló en General Alvear donde este año se incautaron 68 pastillas de éxtasis, 4 envoltorios con una sustancia color marrón y unos 20 gramos de marihuana.
En este escenario, en los últimos dos años se evidenció un crecimiento en el consumo de estas drogas de elaboración y aparecieron troqueles de LSD y la versión de una droga denominada “La Bomba”, que fue secuestrada en dos operativos realizados en 2014. En ese caso, quienes fueron detenidos recuperaron la libertad porque la sustancia hallada (25I-NBOMe o C-Boom) no integraba el listado de sustancias prohibidas.
En el Sur provincial, a diferencia de Buenos Aires, los hallazgos estuvieron relacionados con otras drogas, es decir que el “dealer” también ofrecía marihuana, cocaína y el complemento fueron las dosis de LSD (ácido lisérgico) y las pastillas.
Una alta fuente judicial admitió que “en San Rafael hay consumo de drogas sintéticas” y agregó que “los consumidores son de clase media y alta que tienen el poder adquisitivo suficiente para comprarlas”.
Es que en el mercado una sola pastilla puede costar de 150 a 300 pesos según la calidad de la elaboración, cuando la adquisición de un porro es sensiblemente inferior.
En ese sentido, la fuente consultada dijo que “no cualquier ‘dealer’ tiene acceso a comercializar este tipo de drogas que a San Rafael llegan desde la capital de la provincia o en algunos casos de La Pampa, Neuquén o Chile.
“Detectar algún cargamento es muy difícil”, admitió el funcionario judicial, y replicó que “no es lo mismo trasladar panes de marihuana o cocaína que pastillas o troqueles que se pueden disimular hasta en el interior de un libro”.
En este marco, las pastillas o los troqueles forman parte de la diversión nocturna y hasta ahora, salvo alguna paciente investigación previa, no hubo denuncias de terceros para concretar operativos.
“Sabemos que la movida puede estar en alguna fiesta privada e incluso quizás en algún boliche local pero por ahora no hemos recibidos denuncias al respecto”, informó la fuente judicial.
Lo cierto es que en San Rafael no habría laboratorios ni cocinas para elaborar estupefacientes pero sí un circuito de distribución que es muy difícil de detectar.
Sin embargo, en este escenario que empezó a preocupar a las autoridades locales, hubo en la semana un encuentro entre funcionarios federales y personal de Narcocriminalidad para intercambiar conocimientos y trabajar en esta problemática que pone en riesgo la vida de muchos jóvenes que utilizan estas drogas para divertirse.
Distribución vía postal o encomiendas
En el transcurso de estos años se logró detectar que hubo distribución de droga por vía postal y por encomiendas. En ese sentido desde la Justicia Federal propusieron instalar cámaras de video en los despachos de las terminales de ómnibus y hacer el registro de la persona que va a retirar el paquete.
El objetivo es filmar cuando se retira la encomienda para presentar la prueba en un futuro juicio. Además, no siempre el destinatario del paquete lo va a retirar y utiliza alguna “mulita” para hacerlo.
En el caso de los envíos postales, su detección es mucho más complicada y los casos encontrados se relacionaron con investigaciones que incluyeron escuchas telefónicas o el seguimiento al posible traficante.
Lo preocupante es que algunos “vendedores de drogas de origen vegetal (marihuana) empezaron a sumar LSD o pastillas a la oferta”, explicaron desde la Justicia Federal.
Causas
Sólo el 10% de las causas que se investigan en el fuero federal están relacionadas con el comercio de drogas. El resto es por consumo y todas se desestiman.
Original
La inventiva de los vendedores parece no tener límite. Ahora se ofrece en el mercado cogollos de marihuana que son envasados en frascos de vidrios similares a los que se usan para vender mermeladas.
Marcelo Schmitt