Los bancos de la plaza San Martín son el blanco predilecto de los jóvenes que los ocupan, en los encuentros con sus amigos o compañeros de escuela.
En los mismos realizan constantemente inscripciones con bolígrafos, fibrones o con correctores de escritura, que al ser de color blanco contrasta con la coloración de los bancos de madera.
Periódicamente los empleados municipales, realizan trabajos para reacondicionarlos, debiendo lijarlos y colocándoles barniz. Pero esta tarea parece infructuosa, ya que nuevamente los asientos sufren los ataques de los jóvenes con sus inscripciones.
Los trabajadores no pueden hacer más que eso, ya que hay antecedentes donde los empleados han reclamado a los chicos que no hagan “rayaduras” y como respuestas recibieron insultos.
Desde su remodelación, la Plaza San Martín tomó una revalorización que le dio un cambio rotundo al centro de la ciudad. Siendo visitada por turistas, la ciudadanía, pero mayoritariamente por los adolescentes, quienes “debieran darse cuenta que es un paseo público, que está muy bien que les sirva de lugar de encuentro, pero tienen que saber que es una plaza de todos, es un bien de la comunidad”, reclamó una de las empleadas de la plaza que cumple labores de limpieza.