La Justicia es en estos tiempos una de las instituciones peor vistas por la sociedad, que no encuentra respuestas inmediatas a la crisis económica y a la inseguridad.

Conscientes de esta situación, en Mendoza se produjeron muchos cambios en búsqueda de agilizar las causas para darle transparencia y respuestas rápidas a la gente que demanda justicia.

Es así que el presidente de la Corte, Jorge Nanclares, admitió que "los jueces debemos ponernos al frente de esta situación y trabajar para resolverle los problemas a la gente".

Lo mismo opinó otro miembro de la Corte, José Valerio, que apuntó a la metodología de la oralidad como eje para darle celeridad a las causas que en el pasado "dormían" en un proceso que se hacía lento y que permitía chicanas judiciales para demorar las sentencias.

Todavía falta mucho para mejorar la situación, sin embargo el cambio empezó a tener buenos resultados, sobre todo en San Rafael, donde en el fuero penal se agilizaron los procesos con la implementación de las audiencias preliminares que se realizan a los 10 días de cometido el delito. En esa instancia se resolvieron el 52 por ciento de las causas ingresadas.

El dato no deja de ser importante si se toma en cuenta que en el año se realizaron 1.200 audiencias y en la mitad de ellas se pudo resolver la situación, que en el pasado demoraba años cuando la Justicia Penal se manejaba de forma escrita y la oralidad se daba sólo en el debate final.

Este modelo con otras características en lo administrativo se va a replicar en el fuero Civil y la idea es repetirlo en el de Familia. La oralidad "es un hecho que no tiene marcha atrás" en la Justicia mendocina y los jueces dejaron de ser administradores para dedicarse a resolver las causas.

Este cambio de paradigma busca reconciliar a la Justicia con la sociedad. Habrá matices que todavía generan interrogantes pero en el fondo el cambio ya tiene resultados favorables.

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