"Hubo miles de peleas en esa casa", dijo una vecina que se mostró impactada por el ataque del farmacéutico, Eduardo Giménez, a dos agentes judiciales. Pero aseguró que el desenlace de esta historia era previsible. "Siempre pensamos que podía suceder algo así. Había mucha agresión en esa casa", sostuvo la mujer y luego narró que una vez ocurrió un suceso que asustó a todos los vecinos.
"El estaba muy nervioso por razones que no sabemos, ella (la esposa) lo echó al patio y cerró la puerta con llave. El enloqueció, rompió la puerta con un hacha, ingresó y empezó a romper cosas", dijo y añadió que "otra vecina albergó a la mujer y a los dos hijos de la pareja, porque hacía mucho frío".
"Lo llamativo era que a los dos días se los veía caminando juntos, muy contentos, como si nada hubiera ocurrido. Existía una relación enfermiza", selló otra vecina que se sumó a la conversación mientras LaCapital recogía testimonios frente a la casa los Giménez. Tras minutos de entrevista varios curiosos se arrimaron a contar más de lo indagado.
Afable. Giménez, oriundo de San Francisco, Córdoba, llegó a Sastre para regentear una farmacia a poco de haberse recibido. Gozó de buena reputación entre sus vecinos y se aplicó con pasión a la práctica del ciclismo, donde cosechó muchos logros.
Contrajo matrimonio con Beatriz Turinetto, también de San Francisco, con quien tuvo dos hijos que actualmente tienen 23 y 18 años. Participó activamente en instituciones del pueblo y en 2011, tras una intensa campaña, se impuso como concejal por el Frente Progresista.
Sus vecinos, hoy estupefactos por lo ocurrido, nunca lo imaginaron como protagonista de tan lamentable acontecimiento.