Como estaba previsto ayer se llevó a cabo la audiencia en la que el juez de Garantías de Villaguay, Carlos Ramón Zaburlín, debía expedirse acerca de dos planteos en el marco de la causa por las denuncias de abuso contra el cura Marcelino Moya.
La querella y la Fiscalía expusieron en forma oral que el sacerdote debe ser juzgado en un debate oral y público, mientras que los abogados defensores de Moya insistieron con la prescripción de la acción penal, atento al tiempo en que transcurrió entre los hechos y la denuncia por parte de la presuntas víctimas.
Luego de escuchar ambas posturas, el magistrado dispuso un cuarto intermedio hasta mañana a las 11, cuando tomará una decisión a esta altura decisiva para el curso del proceso.
Más allá de la formalidad de la audiencia, el dato saliente estuvo en la puerta de los Tribunales de Villaguay. Allí familiares de las víctimas expresaron su repudio a la figura de Moya, quien llegó al edificio acompañado de sus abogados Néstor Fabián Nicolás Paulete y Rubén Darío Germanier.
La manifestación, que en ningún momento fue desmedida, generó la inmediata intervención de agentes de la Policía que estaban apostados en el lugar. No solo que impidieron el ingreso de estas personas a tribunales, sino que armaron un cordón para custodiar la salida del sacerdote.
Hubo empujones, gritos e incluso se vivieron momentos de tensión.