Hace dos años el periodista mendocino Sebastián Moro murió en Bolivia.
A dos años de su muerte y con la investigación en curso, familiares, amigos, compañeros, periodistas y organizaciones sociales y políticas recordaron este martes a Sebastián Moro, el mendocino que falleció en Bolivia, luego de haber sido golpeado y torturado en el lugar en el que residía durante el golpe de Estado en ese país, que llevó a Jeanine Áñez al poder y obligó a la renuncia de Evo Morales.
Precisamente la madre y las hermanas del periodista que en Mendoza trabajó en Radio Nacional e integró el colectivo Juicios Mendoza, que difunde los procesos judiciales de lesa humanidad, están actualmente en Bolivia porque fueron llamadas a declarar en la causa que investiga los hechos que terminaron con la vida de Sebastián. Justamente este martes la Fiscalía hizo un peritaje en el domicilio en el que vivía Moro, donde fue hallado golpeado e inconsciente, tras lo cual sobrevivió una semana en un hospital hasta que no pudo resistir por las heridas que le causaron.
En Bolivia el mendocino se desempeñaba también en una radio y un periódico y era corresponsal de Página 12.
Las redes sociales se llenaron de mensajes recordando a este joven trabajador de prensa, que tenía 40 años cuando murió. También se multiplicaron los reclamos de justicia para que se esclarezca lo que sucedió y sean encontrados los culpables. El mes pasado se inició una campaña internacional para sumar voces pidiendo por Sebastián.
Sebastián nació y vivió en Mendoza y volcó su oficio a la defensa de los derechos humanos. Murió en Bolivia el 16 de noviembre de 2019.
En ese país trabajó como editor jefe del diario Prensa Rural, hacia salidas al aire para Radio Comunidad y era corresponsal del diario argentino Página12.
Desde ese día su familia busca justicia y esclarecer su fallecimiento. Han denunciado el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para investigar las circunstancias de su muerte ya que el parte médico detalló politraumatismos y, por otra parte, registraron que faltaban herramientas de trabajo en su domicilio.