Alejandro Cazabán se emocionó y lloró cuando comenzó con su argumentación en la que solicitó diez años de prisión para Daniel Perlatto, acusado de robar el celular a su hija Ariadna y apuñalarla en cuatro partes del cuerpo y patearla en el piso. El abogado, además de ser padre de la víctima, actuó como querellante en el juicio. En el alegato dijo que con su hija habían acordado que no se iban a quebrar y llorar, pero "no pudimos cumplir", dijo.
Se quebró cuando inició el alegato en el juicio al acusado de robar y apuñalar a su hija Ariadna. A mitad de su argumentación también estuvo a punto de llorar.