Acompañaba a su hija, que denunció haber sido abusada.  Fue descubierto por una mujer policía al ingresar a la guardia

Un hombre entró a Tribunales armado y quedó detenido

Por UNO

La falta de detectores de metales en los tribunales provinciales, una necesidad de la cual se habla desde hace 20 años, podría haber provocado el viernes una verdadera tragedia con consecuencias imprevisibles debido a que un hombre “se paseó” por el edificio armado con una pistola calibre 9 milímetros. El ojo vigilante de una mujer policía que estaba en la guardia de tribunales fue el que lo detectó y finalmente el hombre fue detenido y puesto a disposición de la fiscal de Flagrancia.

El delito por portación de arma de guerra tiene un mínimo de 3 años y medio de cárcel y por lo tanto no es excarcelable.

Este suceso no ha sido el único que se ha producido en el edificio de Patricias Mendocinas y Virgen del Carmen. El otro ocurrió el 24 de octubre 2001 cuando todavía funcionaba el Juzgado de Instrucción 2 a cargo de la fallecida jueza Iris Guarna. Ese día un preso ocultó una pistola calibre 22 en una muleta, fue llevado esposado al juzgado en el primer piso y una vez que le sacaron las esposas efectuó disparos que alcanzaron al contador Oscar Alberto Martín en un pie. Por esta razón el profesional sufrió cinco operaciones y tuvo un año de incapacidad laboral.

Como si se tratara de una ironía del destino, el protagonista de la historia de ayer cerca del mediodía, en tribunales, también es un contador.

Este hombre de 40 años –el nombre no se da a conocer porque sería identificatorio de la menor– llegó al edificio acompañando a su hija de 16 años, víctima de un abuso, para participar en una rueda de reconocimiento de personas que se iba a realizar en la guardia.

Previo a ello subió con la chica hasta el segundo piso donde se encuentra la Unidad Fiscal de Godoy Cruz –la causa es del fiscal de instrucción Lauro Monticone–, donde estuvo en una audiencia.

Cuando todo estaba listo para el reconocimiento bajó por el ascensor. Ingresó junto al fiscal y a la secretaria a la guardia y en ese momento mientras se estaba acomodando a los que integrarían la rueda comenzó a tocarse el saco, gesto que no escapó a la mirada atenta de la sargento Violeta Maza, quien le dijo a la secretaria de fiscalía que sospechaba que el hombre estaba armado.

Frente a este aviso se solicitó que el contador fuera requisado y al hacerlo la policía encontró en su poder una pistola calibre 9mm que de ninguna manera podía haber llevado consigo a los tribunales, incluso teniendo el permiso de portación.

Este hecho provocó un verdadero revuelo en la guardia y se alertó de inmediato a todo el personal, que lo detuvo.

Una serie de especulaciones siguieron a este grave suceso donde no faltó quien pensó que podría haber ocurrido una tragedia ya que si llevó el arma hubiera podido hacer justicia por mano propia si su hija identificaba al autor del abuso.

Esto sin contar lo que hubiera significado para el tribunal si un detenido terminaba asesinado o herido nada menos que en el lugar donde se debe velar al máximo por su integridad física. No se excluye que también podrían haber estado en riesgo otras personas, incluyendo los propios integrantes de la fiscalía o vaya a saber quién más.

La rueda de reconocimiento se hizo igualmente, pero la chica no reconoció a su abusador.