Todo comenzó a las 3.10 de la mañana, cuando el matrimonio dormía y sonó el teléfono fijo de su domicilio en el partido de Tres de Febrero. Luis Martinelli, subsecretario del Ministerio de Desarrollo Social, cuenta lo ocurrido: “Mi mujer atendió y escuchó los gritos de una chica que le decía: ‘Mamá, me matan, mamá me matan’. Se quedó paralizada y le saqué el teléfono de la mano”.
El efecto de los delincuentes es agarrar a las personas dormidas, con poca reacción y atemorizarlas enseguida. “Me pidieron un número de celular y me llamaron a ése. Me pidieron 50.000 dólares y les dije que no tenía esa cifra. Que podía juntarle unos 20.000 pesos y joyas de la familia. A cada rato me amenazaban con que iban a matarla”.