En abril de 2010 Silvia Luna mató a su amiga Carola Bruzzoni. Le rompió la cabeza con la maza que usaban para ablandar milanesas, en el restaurante en que ambas trabajaban. ¿El motivo? una traición: la viralización de un video hot pocos días antes de que la asesina se casara.
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En el verano de 2012, Luna fue condenada por haber matado a Bruzzoni. Pero todo empezó mucho antes.
Crónica del asesinato
Una noche de abril de 2010 Silvia estaba con Juan, su pareja, cuando al teléfono de él llegó un video. El celular no tenía memoria suficiente y no pudo descargarlo, pero sí pudo leer el mensaje que llegó a continuación: "¿Te diste cuenta de que sos un cornudo?". La mujer, a pesar de los nervios, convenció a su novio de que se trataba de una broma pesada. Pero esa noche casi no durmió.
La protagonista del video era Silvia. Las imágenes ya circulaban por todos los teléfonos de General Las Heras (Buenos Aires) y eran nítidas: su cara, en primer plano, le practicaba sexo oral a su amante en un hotel alojamiento. Era el 16 de abril de 2010 y faltaban apenas 8 días para que Silvia y Juan se casaran. Claro está: el video obligaría a suspender todo.
Al día siguiente Silvia confirmó su sospecha: Carola Bruzzoni, su íntima amiga y compañera de trabajo, le había robado el video, lo había copiado y le preparaba una sorpresa para la noche de su boda.
Silvia tenía 31 años. Se desesperó y enfureció, llegó con su auto a Matute, el bar en el que ambas trabajaban, justo frente a la estación de trenes del pueblo. Carola, de 38 años, era la ayudante de cocina y ya estaba ahí.
La historia del video comenzó mucho antes. Fue Carola quien le sugirió a Silvia que se buscara un amante. Silvia, en un comienzo, descartó la idea, pero tiempo después comenzó una informal relación con un proveedor que estaba casado y tenía 40 años . Se vieron dos veces. En la segunda, en un hotel alojamiento de Cañuelas, se filmaron teniendo ardiente sexo.
Silvia cometió un error. Le contó la aventura a su amiga: por primera vez en su vida se había grabado teniendo sexo. Carola le pidió ver el video. "Mostrame, no seas guacha", le dijo. Aunque en el juicio no se probó, se cree que la amiga aprovechó el momento para sacarle el chip y copiar el video. Era febrero de 2009 (faltaba más de un año para el fatal desenlace) y, según varios testigos de la causa, Carola lo guardó todo ese tiempo porque la fogosa escena se viralizó por el pueblo recién dos semanas antes de la boda.
Rápidamente el video trascendió el círculo de quienes trabajaban en el restaurante y se difundieron por todo el pueblo de Las Heras.
¿Por qué Carola rompió los códigos de la amistad y difundió el video?
En algún momento del 2009, Carola estaba convencida de que su marido le era infiel. Por eso le pidió a Silvia que intentara seducirlo a ver si "pisaba el palito". Silvia aceptó ayudarla y le mandó "mensajitos calientes" por teléfono. Lo que Carola no esperaba fue que su esposo "cayera" instantáneamente y le propusiera fecha y hora de encuentro a Silvia. "Esa jugada rompió la relación, nunca volvió a ser como antes" declaró la asesina en su juicio.
El 17 de abril de 2010 era sábado. Faltaba una semana para su casamiento, Silvia llegó al bar en su scooter. Entre las 8 y las 8: 15 de la mañana, entró al local y acusó a los gritos a carola de querer traicionarla.
La Justicia determinó que discutieron y forcejearon al lado de las bolsas de papas. En un momento Silvia tomó la maza que usaban para machacar las milanesas, moler pimienta y picar hielo y le dio un golpe fuerte en el costado izquierdo de la cabeza.
Según la declaración de otra empleada de Matute, siguieron forcejeando, con la maza rota: una de las mujeres se había quedado con el mango, la otra con el martillo.
Sin embargo, no era la primera vez que se iban a las manos: los compañeros contaron que en otra ocasión se habían agarrado de los pelos, pero después de cada pelea salían a cenar juntas, "como si nada hubiera pasado".
Cuando finalizó la pelea, Silvia se fue y Carola se puso un repasador con hielo en la cabeza. Se negó a ir a un hospital. Cuando le preguntaron qué había pasado, contestó con monosílabos. Sí aceptó que su jefe la llevara a su casa, donde se acostó. Cinco horas después, su marido se dio cuenta de que hablaba con dificultad y la llevó a la guardia de un hospital.
En principio pensaron que no era nada grave y le dieron varios puntos para cerrar la herida. Pero el médico palpó un hundimiento en el cráneo. Era un "hematoma extradural": un coágulo de sangre en la cabeza que necesitaba ser evacuado en forma urgene. La operaron tres veces. Hasta que sufrió un infarto de la arteria cerebral media, entró en coma y murió 9 días después. La boda de Silvia y Juan ya había sido cancelada.
Tras el crimen, Silvia Luna fue detenida. En 2012 fue condenada a 10 años de prisión por el homicidio, pero en 2013 una revisión judicial consideró que la mujer había actuado bajo un estado de emoción violenta. Finalmente quedó libre con la totalidad de la nueva pena cumplida.