San Juan

Mató y prendió fuego al amante de su mujer, delante de ella

"Vas a ver cómo se quema tu macho" le habría dicho el hombre. Ambos se encuentran detenidos y la defensa de la mujer reclama "perspectiva de género"

Luis Alfredo Montaño mató y prendió fuego al amante de su mujer, Rubén Quiroga, según el testimonio de Glenda Nabila Aciar. "Vas a ver cómo se quema tu macho" declaró quien intenta demostrar que sufría violencia de género y que actuó bajo presiones de su marido.

Por el homicidio está detenido Montaño, pero también su mujer, quien era amante de Quiroga. La defensa de la Aciar intenta demostrar que ella sufría violencia de género y pide que sea tratado como un femicidio vinculado.

La mujer relató en su declaración una historia de abusos y violencia de género que soportó durante toda su vida con Montaño.

Glenda tiene 23 años y conoció a Montaño cuando tenía 15. No lo presentó a familiares ni amigos desde el primer momento, sin embargo muchos sabían de la relación. Cuando decidió hacerlo, Mónica, madre de la joven, no se llevó la mejor impresión. "Era un hombre que no hablaba y con solo una mirada alcanzaba para que ella se levantara y se fueran" contó al sitio Infobae. También le llamó la atención la diferencia de edad -que la madre no dio a conocer- "pero yo conocí a mi primer novio a los 13 y me casé con él", dijo la señora.

Finalmente Mónica contó que en una ocasión su hija apareció con un ojo morado y dijo que se "había golpeado con la puerta". Pero después reconoció que fue "Luis que, jugando, me había refilado".

Montaño trabaja en la mina de Veladero. Durante 14 días se ausentaba de su hogar y bajaba una semana. Un detalle no menor, explicado por Dolores Córdoba, integrante del colectivo Ni Una Menos es que esta situación se convierte en un caldo de cultivo para la violencia contra la mujer. "Los hombres son celosos, perseguidos, desconfiados de lo que la mujer puede hacer los días que está sola. Y todo esto se potencia con los chistes de los compañeros sobre con quién estará la mujer, como si fueran chicos de secundario. Más todavía en un pueblo chico".

Si bien Glenda tenía un amante, para Córdoba está claro que la visión de la Justicia tiene que ver con una historia que lleva siglos de culpa. El comportamiento de los hombres en este sentido nunca es interpelado porque "ellos llevan el pan.

Así se enteró Montaño del amante de Glenda

Luis Montaño sometía a un insoportable control a Glenda. En mayo, la llamada de un amigo de la mujer fue la excusa para una nueva explosión de celos. EL hombre reventó el celular de Glenda contra la pared. Sin embargo, rescató el chip y se lo puso al suyo. Un mensaje de Rubén Quiroga que encontró lo puso en alerta.

“Montaño le dijo a Glenda, ‘te lo has cogido a este’. Después le pegó, la obligó a abrirse de piernas y le dio un puntapié con el botín de punta de acero. El tipo se volvió loco y le preguntaba si la había pasado bien, cómo tenía el pene, qué cosas le hacía, en qué posiciones. Y si no le contestaba, le pegaba peor y la amenazaba con matarla”, contó a Infobae la defensa de la mujer.

Con el chip en su smartphone, Montaño comenzó a hacerse pasar por Glenda para intercambiar mensajes con Quiroga. Luego de un ida y vuelta, Montaño le propuso verse. El cotejo pericial confirmó que el mensaje que citó a Quiroga a las 12 de la noche salió con el número de Glenda desde el teléfono de Montaño.

“Ese viernes 22 de mayo, Montaño armó una mochila, cargó guantes y echó un bidón de nafta a una botella de plástico. Cargó mucho papel de diario y un fierro que había soldado. Todo el tiempo amenazaba a Glenda con matarla si no lo acompañaba -siempre según la versión de la defensa de Glenda-. Y después le dijo: ‘Cuando llegue vos no vas a dejar que te toque, si te toca los mato a los dos. Este no te toca más’”. El abogado de la mujer retoma los relatos de una indagatoria que duró más de siete horas.

Quiroga llegó al lugar del encuentro en bicicleta. Glenda lo esperaba en una piedra, donde la dejó su marido antes de esconderse. Cuando Quiroga intentó abrazarla, Glenda se corrió. Temía las repetidas amenazas de muerte. En ese momento, Montaño apareció por detrás de Quiroga y le partió la espalda y la nuca con el fierro. Después cargó el cuerpo en la bicicleta y lo llevó a un basural, donde tenía preparada una hoguera, con gomas y ramas. Antes de rociarlo con nafta y prenderlo fuego, revisó los bolsillos. Sacó el celular, documentos, la billetera y se guardó la plata.

Según la defensa de Glenda: “la mujer entró en shock y atinó a irse, pero Montaño la agarró de los pelos y le dijo ‘te vas a quedar a ver cómo se quema tu macho’. Cuando durante la indagatoria le preguntaron si no se puso a llorar o a gritar, ella respondió ‘Yo no sabía dónde estaba. Pensé que me moría ahí... Estaba entregada’”.

Tras una hora de obligarla a ver cómo ardía el cadáver de Quiroga, Montaño permitió que Glenda volviera con la nena que había quedado durmiendo sola. El domingo la llevó otra vez al basural y la hizo remover y poner los restos de Quiroga en una caja. Montaño desatornilló el inodoro de su casa, los tiró al pozo negro y volvió a atornillar el artefacto.

Juan Fonzalida, abogado de Aciar consideró: “creemos que Glenda también pudo ser asesinada si no hacía lo que Montaño le pedía”.

Por su parte, Montaño declaró ante la Justicia que tuvo una participación secundaria en el homicidio y que fue la mujer la encargada de orquestarlo, porque supuestamente Quiroga la extorsionaba con fotos y videos íntimos.

Aciar, de 23 años, estaba detenida en la Seccional 28 Rivadavia en San Juan, pero luego de su declaración indagatoria, el juez Javier Alonso resolvió el traslado de ambos a la prisión mientras avanza la situación procesal.

Temas relacionados: