Ignacio Zavala Tellozavala.ignacio@diariouno.net.ar
Policiales
Ocurrió en el Parque Central de Ciudad. La víctima tiene amputada una pierna y utiliza el vehículo para trabajar y trasladarse. Pide que, por favor, aparezca.
Hace 20 años, Stella Maris Rodríguez perdió la pierna izquierda luego de que una camioneta la arrollara en Las Heras y hace unos días perdió el instrumento que le daba la autonomía para desplazarse y trabajar: delincuentes le robaron su automóvil adaptado en Ciudad.
El último miércoles, Stella Maris dejó su Fiat Uno, como todas las noches, en la puerta de su casa, ubicada en el callejón que se forma en la intersección de las calles Patricias Mendocinas y Pellegrini, en el Parque Central.“Fue el peor día de mi vida. Ya casi no sufro dolores del miembro fantasma (sensación de que el miembro amputado sigue conectado al cuerpo), pero el miércoles todo el día me volvieron loca los dolores, como un presagio”, cuenta la mujer. Y efectivamente fue un anuncio de lo que vendría.
Ese día, después de las 22, la mujer se percató de que su auto ya no estaba en la playa de estacionamiento frente a su edificio. Ni siquiera escuchó el sonido del motor, por lo que estima que la cerradura fue violada y el rodado empujado hasta alejarlo del lugar. El auto era el único medio de transporte con que cuenta Stella Maris.
“La amargura que tengo es que no tengo otro y lo estoy pagando; todavía debo 18 cuotas. Yo lo hice adaptar. Como me falta una pierna, tengo el embrague adaptado con una palanca que manejo con una mano”, relata angustiada la víctima, quien sufrió la amputación de la pierna izquierda a la altura del muslo, por lo que se moviliza con una pierna ortopédica, con muletas o en silla de ruedas.
Es que, más allá de que sufrir el robo de cualquier objeto resulta frustrante, para ella implica no sólo esa pérdida. “A mí me falta una pierna, pero con esto me cortan mucho más. Con el auto hago muchas cosas: voy a hacer trámites, puedo llevar cosas, llevo a mi hija a la escuela. Si tengo que ir a un supermercado, no me puedo traer una bolsa en la mano porque uso muletas”, detalla la presidenta de la Asociación Solidaria para la Inserción Laboral del Discapacitado.
Y continúa: “El autito me da independencia. Yo vendo publicidades y así me gano mis comisiones. Al ser discapacitada no tengo trabajo ni pensión, porque cuando me discapacité no tenía empleo”.
Una vez radicada la denuncia en la Oficina Fiscal 13 de Capital, la mujer quedó a la espera de que el automóvil especial aparezca, aunque admite que sus esperanzas se esfuman con el paso de los días.
Para colmo de males, los papeles de titularidad del Fiat estaban en la guantera. “Quiero pensar que va a aparecer, pero no deja de ser un consuelo de tontos. Tengo miedo de que lo quemen y no recuperar nada. ¿Cuándo vuelvo a tener un auto, si todavía tengo que seguir pagando? No tengo sueldo para comprar uno a crédito. Me robaron lo único que tenía”, remata, compungida, Stella Maris.
Pedido solidario
El auto que le robaron a Stella Rodríguez es un Fiat Uno negro, modelo 1993 (foto).
Su patente es TVB 483 y tiene el embrague adaptado al lado del volante, por lo que se utiliza con la mano.
Cualquier información se ruega comunicarla a los teléfonos 4300453 o 155792440.
