Uno de los sucesos policiales más resonantes y dramáticos de los últimos tiempos comienza este martes a transitar su última etapa, al menos, en el ámbito penal. El dolor que provocó quedará de por vida. En septiembre del 2014, un auxiliar de la Policía de Mendoza asesinó a su suegra y a su sobrino de 8 años, en una aparente venganza contra su ex pareja.
José Miguel Ontiveros (36), quien se desempeñaba en Notificaciones Judiciales de la Policía, se sentará este martes en el banquillo de los acusados de la Primera Cámara del Crimen, con la imputación de homicidio agravado por venganza transversal (ver aparte) y arriesgando la pena única de prisión perpetua que se contempla para este delito.
Está sindicado como el homicida de Benjamín Monje (8) y Gabriela Beatriz Fernández (44), asesinados a balazos en Guaymallén.
En el inicio del debate, el uniformado tendrá la posibilidad de declarar si así lo cree conveniente y luego se pasará al testimonio de los testigos más importantes. Se espera que el juicio se complete entre miércoles y jueves, ya que el proceso judicial se vislumbra bastante claro y no se extendería por muchos días.
Las pruebas y los testimonios contra Ontiveros son bastante contundentes, por lo que su situación es complicada. Su abogado defensor es Alejando Hidalgo.
El fiscal de cámara es Javier Pascua y al tribunal lo integran Víctor Comeglio, Lilia Vila y Mateo Bermejo. La parte querellante está representada por Carlos Varela Álvarez y Alejandro Acosta.
"Amigo del tribunal"
Por primera vez en juicios penales, se utilizará la figura amicus curiae, conocida como "amigo del tribunal", que en este caso será ocupada por la abogada Carolina Jacky.
Esta figura está dentro de la Ley de Violencia de Género y como este episodio fue enmarcado en ese delito, se logró implementarla para el juicio.
La idea es que la abogada Jacky, por sus conocimientos en la materia, le aporte al tribunal información del caso y sugiera medidas que puedan contribuir al esclarecimiento.
Un domingo de furia
El barrio Solares de San Antonio, de El Bermejo, Guaymallén, fue el escenario del terrible suceso. El 21 de setiembre del 2014, el policía Ontiveros, con problemas con su ex pareja, Yamila Monje, llegó hasta la vivienda de su suegra, disparó con su arma reglamentaria y dejó dos víctimas fatales.
El acusado había estado en pareja con esta mujer policía y tuvieron dos hijos, aunque desde hacía un tiempo la relación se había terminado y al parecer no en los mejores términos.
Sobre Ontiveros pesaba una medida de prohibición de acercamiento a la mujer y a sus hijos.
Sin embargo, una discusión o algún otro hecho habría desatado la furia desmedida de este auxiliar de la fuerza. Inclusive, algunos allegados a la familia de las víctimas se animaron a decir que la mujer ya tenía nueva pareja y que esto Ontiveros no podía soportarlo.
Alrededor de las 16 de aquel domingo, el hombre llegó hasta la casa de su suegra. Su ex mujer no estaba y allí empezó su locura. Arremetió contra su sobrino, Benjamín, quien se encontraba jugando en la calle con su bicicleta. Ontiveros le disparó cuatro tiros al menor con su arma reglamentaria, lo que le provocó la muerte minutos más tarde en el hospital Notti.
Tras la balacera contra el niño, salió de la casa Gabriela Beatriz Fernández, suegra del agresor. A ella le disparó cinco tiros, uno de los cuales dio en el tórax, y la mujer falleció en el lugar.
Luego de la seguidilla de disparos, de la casa salieron María Gabriela y su pareja, otros dos auxiliares de la policía, que al ver lo ocurrido fueron en buscar de Ontiveros. Lo persiguieron y le dispararon a lo lejos sin llegar a herirlo, pero finalmente escapó.
María Gabriela es la hija de la mujer fallecida y la mamá del pequeño, que también murió. Además es la cuñada del victimario, ex pareja de su hermana.
Finalmente, José Ontiveros fue arrestado por la policía en su domicilio. El hecho fue investigado por el entonces fiscal especial Daniel Carniello, ahora fiscal del departamento de Guaymallén.
-Agravado por venganza transversal. Significa que alguien mata a otro para causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha mantenido una relación, como ascendiente, descendiente, cónyuge o ex cónyuge.
-Prisión perpetua. La pena única para este tipo de casos, encontrándose culpable el acusado, es la de prisión perpetua, pues es el delito que se le imputó a José Ontiveros y que está dentro de la Ley de Violencia de Género.
