La investigación por los incidentes que se generaron en el estadio Malvinas Argentinas en el cruce entre Independiente Rivadavia y Godoy Cruz comenzó a arrojar sus primeros resultados. Un hombre, que fue identificado gracias a un tatuaje, fue imputado por los destrozos y se espera que suceda lo mismo con otro grupo de violentos.
Nicolás Molina fue identificado gracias a las imágenes que publicaron los distintos medios de comunicación tras el enfrentamiento violento en la final del Torneo Vendimia. El joven tiene un tatuaje en el pecho con un nombre y esta información comenzó a ser cruzada con la base de datos de Inteligencia Criminal.
De esta forma, las autoridades llegaron a su nombre y a su domicilio, ya que el simpatizante de la Lepra tiene antecedentes por delitos menores. La Justicia fue hasta su casa con una orden de citación, pero como no estaba presente le dejaron el papel.
Horas después, Molina se presentó ante el fiscal que investiga el hecho, Gustavo Pirrello, quien lo imputó por daños doblemente agravados por tratarse de un bien público y por ser en ocasión de un espectáculo deportivo.
Como este delito establece una pena mínima de 4 meses de prisión hasta poco más de 5 años, el joven recupero su libertad, aunque para esto el fiscal dispuso una serie de restricciones. El joven tiene prohibido el ingreso a cualquier espectáculo deportivo, a riesgo de perder la mantención de libertad si rompa esta normativa.
Pero además el fiscal Pirrello le ordenó que se presente en una Oficina Fiscal cada vez que Independiente Rivadavia juegue de local, para comprobar que no se encuentra en el Bautista Gargantini.
Fuentes judiciales aseguraron que también se encuentran identificados otro grupo de violentos y se espera que en los próximos días reciban las citaciones para pasar por el mismo proceso judicial que Molina.
El viernes fue citado para declarar el vicepresidente de la Lepra, Leonardo López, para que contribuya con la individualización de los agresores e incluso determinar si tiene algún nexo con la barrabrava.
