serpiente.jpg
El estafador de la serpiente todavía es recordado en Nigeria. Imagen ilustrativa.
El modus operandi era teatral: las víctimas entregaban grandes sumas de dinero en efectivo, que el hombre colocaba en una caja junto a la serpiente. Les aseguraba que, al día siguiente, la caja estaría repleta de billetes multiplicados por el poder del reptil. En realidad, el estafador manipulaba la caja para hacer desaparecer el dinero, dejando a las víctimas con promesas vacías y sin rastro de sus ahorros.
La insólita estafa en Nigeria
A medida que las denuncias se acumulaban, la Comisión de Delitos Económicos y Financieros de Nigeria intervino. Las autoridades rastrearon las operaciones del estafador hasta que descubrieron evidencia física que confirmaba el engaño: una serpiente viva, varias cajas vacías y documentos relacionados con las transacciones fraudulentas.
Durante los interrogatorios, el estafador defendió su esquema, alegando que las víctimas habían participado voluntariamente, atraídas por la codicia y la creencia en rituales mágicos. Sin embargo, las autoridades determinaron que el hombre explotaba deliberadamente la superstición cultural y la desesperación económica de sus víctimas, muchas de las cuales enfrentaban dificultades financieras.
descubrimiento, serpiente.jpeg
El estafador de la serpiente todavía es recordado en Nigeria. Imagen ilustrativa.
El caso se volvió viral, no solo en Nigeria, sino a nivel internacional. Medios como la BBC y CNN cubrieron la historia, destacando su carácter absurdo y la creatividad del estafador. En las redes sociales nigerianas, el incidente generó tanto burlas como indignación.
En mayo de 2018, el sospechoso fue formalmente acusado de fraude y estafa. Durante el juicio, las víctimas testificaron sobre cómo habían sido engañadas, muchas expresando vergüenza por haber creído en las promesas del estafador. La defensa insistió en que las víctimas eran parcialmente responsables por su codicia, pero el juez desestimó esta línea, enfatizando la manipulación psicológica ejercida por el acusado.
En junio, el hombre fue condenado a prisión y las autoridades nigerianas confiscó los activos relacionados con el fraude, pero se informó que gran parte del dinero estafado no pudo ser recuperado, dejando a las víctimas en una situación precaria.