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Gilbert Chikli, el estafador que todavía es recordado en Francia.
La primera condena por las estafas y la fuga
En 2011, las autoridades francesas lo atraparon. Fue condenado a siete años de prisión por estafar 7.9 millones de euros a unas 30 empresas. Sin embargo, Gilbert Chikli, demostrando su audacia, huyó a Israel antes de cumplir la sentencia, aprovechando su doble ciudadanía.
Desde allí, no solo evadió la justicia, sino que intensificó su esquema de estafas. Operando desde Tel Aviv, continuó contactando empresas europeas, perfeccionando su técnica con un nivel de sofisticación que sorprendió a los investigadores.
El capítulo más insólito de su carrera llegó entre 2015 y 2017, cuando elevó la apuesta al suplantar al entonces ministro francés de Asuntos Exteriores. Usando máscaras de silicona hiperrealistas y videoconferencias manipuladas, se presentaba para estafar a organizaciones y empresarios ricos. Alegaba necesitar fondos para operaciones gubernamentales secretas, como pagos de rescates en zonas de conflicto.
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Uno de los intentos más notorios fue contra una fundación en 2016, a la que intentó estafar por 20 millones de euros. Aunque este golpe no tuvo éxito, otras víctimas, incluyendo empresas en Francia, Turquía y África, transfirieron decenas de millones a sus cuentas.
El esquema comenzó a desmoronarse cuando las denuncias se acumularon, y la policía francesa, junto con Europol e Interpol, lanzó una cacería internacional. En agosto de 2017, fue arrestado en Ucrania, donde vivía bajo una identidad falsa. Fue extraditado a Francia, donde enfrentó cargos por las estafas.
En 2020, Gilbert Chikli enfrentó un juicio donde se lo acusó de estafar 55 millones de euros adicionales entre 2015 y 2017, además de los fraudes previos. Durante el proceso, se mostró desafiante, justificando sus actos como un "juego" contra sistemas corporativos vulnerables. Fue condenado a 11 años de prisión y una multa de 2 millones de euros.