Chalino Sánchez se convirtió en una leyenda de la música luego de su crimen vinculado al narcotráfico
Chalino Sánchez, la víctima del crimen
Chalino Sánchez nació el 30 de agosto de 1960 en Sinaloa, una ciudad de México marcada por el narcotráfico. Y su vida estuvo muy vinculada a ese mundo, derivando incluso en su propio crimen.
La muerte de su padre cuando tenía 6 años y el crimen de su hermano en 1984 marcaron su vida, impulsándolo a componer corridos que narraban las historias de los marginados y los narcotraficantes. Su estilo crudo y su voz poco convencional resonaron entre la comunidad mexicana.
El 15 de mayo de 1992, Chalino Sánchez se presentó en un pequeño recital que brindó en Sinaloa, en lo que sería su último concierto antes de su crimen que fue anticipado con una nota.
Durante la interpretación de una de sus canciones un miembro del público le entregó una nota al cantante. El video de ese momento, ampliamente difundido, muestra a Chalino Sánchez leyendo el papel, visiblemente nervioso. Su rostro palidece, se seca el sudor de la frente y esboza una sonrisa tensa antes de continuar cantando.
Aunque el contenido exacto de la nota sigue siendo un enigma, la especulación popular apunta a que era una amenaza de muerte. La hija de Chalino Sánchez confirmó en 2024 que nadie, ni siquiera la familia, conoció el mensaje, pero su cambio de semblante sugiere que era un presagio funesto.
Horas después del concierto, Chalino Sánchez fue interceptado mientras viajaba en una camioneta con amigos y uno de sus hermanos. Un grupo de hombres armados, que se identificaron como policías estatales, lo obligaron a subir a su vehículo.
A la mañana siguiente, su cuerpo fue encontrado cerca de un canal de riego. Estaba atado de manos y pies, con los ojos vendados y dos disparos en la nuca, una ejecución típica asociada al crimen organizado.
Las hipótesis sobre su asesinato son numerosas. Una de las más extendidas sugiere que Chalino Sánchez pagó el precio por su cercanía con el mundo del narcotráfico. Sus corridos, a menudo escritos por encargo para narrar las hazañas de criminales, pudieron haberlo puesto en la mira de un cártel rival o de alguien ofendido por sus letras.
El crimen de Chalino Sánchez no solo marcó el fin de su vida, sino también el comienzo de su mito. Su muerte, ocurrida en el apogeo de su carrera a los 31 años, lo convirtió en un símbolo de resistencia y autenticidad.