la pareja confesó que las peleas se debían a que el hombre le exigía a su esposa mantenerrelaciones sexuales por vía anal. Lo que era una puja marital terminó en la justicia hace 15 días atrás y culminó hace pocashoras, cuando se le sugirió a la pareja que acuerde un código de convivencia, so pena de excluirdel hogar a alguno de los exaltados cónyuges. Las peleas comenzaron una noche y se repitieron en las diez siguientes. Alguno de los hijosque todavía vive en la casa paterna, sin entender exactamente el contenido de los reproches, sepreocupó cuando escuchaba a su madre gritarle "viejo loco" y "sucio" a su compañero de toda lavida. Las discusiones nocturnas fueron subiendo de tono, comenzaron a abundar los insultosrecíprocos y hasta se escuchó claramente desde el comedor cuando uno de los veladores se estrellócontra la cómoda. Allí el preocupado vástago decidió convocar a una reunión de hermanos y contarles lo queocurría. Esta ese momento la pareja había pasado por épocas de disputas que hasta llegaron en algúnmomento a desembocar en una separación, pero nunca habían sido tan ríspidas. Fue así que a la noche siguiente, cuando comenzó el escándalo en la pieza matrimonial, elhijo conviviente alertó a sus hermanos por teléfono, estos se convocaron en la casa y quizá con elobjetivo de hacer recapacitar a sus padres, los trasladaron hasta la comisaría. Allí los policías intentaron atemperar los ánimos y después de no conseguirlo decidieronlabrar las actuaciones por violencia familiar y demorar al padre de familia. Al día siguiente se lo trasladó al Cuerpo Médico Forense donde se le detectó lo que parecíaser un principio de Alzheimer y se recomendó que fuera internado en el hospital psiquiátrico paraque se le efectúe un estudio mas profundo y que se lo medique para calmarlo un poco. Allí, después de algunos días, los médicos clínicos y psiquiatras establecieron que era unhombre físicamente sano y que su estado mental no implicaba ningún riesgo para terceros y menos aunmerecía su internación. Cuando el paciente fue dado de alta y llegado de regreso a la comisaría de origen la policíadecidió citar a la esposa, antes de dejar partir al hombre. Allí, frente a su esposa y con la solapresencia del jefe policial, el hombre dijo que las peleas se debían a que "yo quiero tener sexoanal y ella no quiere". Además aseguró que no utilizaba ningún revitalizador sexual y que no teníaotras quejas de la convivencia con su mujer. "Nos llevamos bien. El único problema que tenemos esese. Después de haber trabajado toda una vida, de haber mantenido a mi familia y criado a mishijos, no puedo entender como ella no puede darme el gusto", se quejó.