"La utilización de un arma 'amiga' como arma 'asesina' es la mejor forma de montar posteriormente una escena alterada de 'suicidio' para garantizar la impunidad de los homicidas", destacó Sáenz en su dictamen, según informaron fuentes de la causa a Infobae.De esa manera, el funcionario judicial volvió a poner bajo la lupa la figura de Diego Lagomarsino, el técnico informático que era empleado de la Unidad Fiscal AMIA que en principio había sido señalado simplemente como el hombre que prestó el arma que fue utilizada en el hecho que se investiga.En su dictamen, Sáenz expresó su coincidencia con los representantes de Sara Garfunkel (madre de la víctima) sobre "la poca credibilidad que cabe asignarle a los dichos de Lagomarsino y del custodio Rubén Benítez en cuanto a que Nisman les solicitó un arma de fuego".Para el fiscal, la presencia en el departamento de Nisman del arma que le dio muerte "no está avalada por una explicación lógica", debido a que "las tres versiones obrantes en la causa -proporcionadas por Diego Lagomarsino, Rubén Benítez y el Comisario Soto- solo podrían tener corroboración por parte de Nisman, y porque además las tres son contradictorias".Las pruebas científicas -apunta Sáenz- llevan a la "conclusión indiscutible de que el arma que produjo la muerte de Nisman siempre deja residuos de disparo -deflagración- aún después de 20 horas de disparada", pero en este caso eso no sucedió.El análisis se apoya también en las pruebas que ofrecieron los letrados de las hijas de Nisman para sostener la hipótesis de homicido; entre ellas destacó "la localización del disparo, la hematoma en la zona occipital izquierda del cráneo, la lesión en la cara interna del tercio distal de la pierna izquierda".En el mismo sentido sumó las declaraciones testimoniales "del médico Carrera Mendoza y la enfermera López, de la ambulancia de Swiss Medical, de las que se desprende que el cuerpo de Nisman fue movido, alterándose así la escena del crimen".
País AMIA
El técnico informático que era empleado de la Unidad Fiscal AMIA volvió a quedar en el ojo de la tormenta.