Por su parte Raúl Maza, uno de los gendarmes desplazados que había sido vocero de la protesta en el edificio Centinela, calificó de represiva la medida.
Tras ser pasado a disponibilidad (un paso previo a la baja definitiva), señaló: "(El Gobierno) nos termina reprimiendo, esto es represión". Según señaló Maza en declaraciones a un canal de cable, existe una "estrategia" de parte de la Casa Rosada para desgastar el reclamo salarial. A la vez, denunció que las autoridades "incumplieron lo acordado" respecto de que no habría "represalias" por las manifestaciones.
Junto a Maza, fueron "pasados a disponibilidad" el cabo primero Gustavo Tutto y el cabo Maximiliano Celasco, y las notificaciones fueron firmadas por el director de Bienestar y Sanidad de Gendarmería, comandante mayor Gerardo Otero, informaron los uniformados.
Posteriormente, se conoció que hubo otros cuatro efectivos: un oficial de Salta y tres de Prefectura Naval.
Los uniformados continuarán con los reclamos salariales, entre los que aparece un piso de 7 mil pesos en blanco, tanto en el edificio Guardacostas de Puerto Madero como así también en el Centinela de Retiro, a la espera de la decisión del Gobierno tras entregar un petitorio al secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, quien les dijo que iba a responder este martes.
El conflicto se inició el pasado martes, cuando agentes de Prefectura Naval comprobaron que se les había reducido entre un 30 y 60 por ciento sus salarios por la aplicación del decreto presidencial 1307, y a la protesta se sumó poco después suboficiales de Gendarmería.
Tras la suspensión de la medida que dispuso el Gobierno, los efectivos extendieron sus exigencias y pidieron un piso salarial de 7 mil pesos en blanco, la sindicalización, la libre elección de una obra social, la asignación de una ART y la garantía de que no habrá represalias.