El ex vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, reapareció este martes en público tras su regreso de México, donde pasó algunos días junto a su novia, la legisladora Mónica García de la Fuente, luego de ser autorizado por la justicia federal, donde enfrenta varias causas.
El ex presidente del Senado se mostró en Plaza de Mayo junto a Manuel Quieto, cantante de la banda de rock La Mancha de Rolando. En ese lugar se realiza un campamento para exigir la liberación de la dirigente social Milagro Sala, quien está detenida en Jujuy imputada por varios delitos.
"Lo único importante es que la gente tenga laburo, porque cuando a la gente le sacan el laburo, están cagando al país y, a la larga, están cagando a uno", afirmó el ex vicepresidente en la Plaza de Mayo. El mensaje fue retransmitido por Luis D'Elía en su programa en Radio Rebelde.
"Nos podrán hacer callar, nos podrán correr, pero nosotros somos la Argentina del siglo XXI", advirtió Boudou. Lo dijo, según su interpretación, en comparación con "la Argentina de 1880" que representaría el gobierno de Mauricio Macri. Fue aplaudido por D'Elía y Emilio Pérsico, entre otros.
"Yo le pido a todos que no se olviden del 2000, 2001, 2002, de lo que fue Néstor Kirchner, de lo que fue Cristina. De lo que fue pelear contra las corporaciones, de lo que fue pelear contra el sistema financiero. A cada uno nos tocará lo que nos tenga que tocar, pero cada uno de nosotros no se va mover un tranco del pozo", continuó.
El ex vicepresidente también leyó un poema, antes de exclamar ante los micrófonos: "¡Aguante Luis D'Elía! ¡Aguante Miles! ¡Aguante El (movimiento) Evita! ¡Aguante Cristina! ¡Aguante cada uno de los que están con nosotros!".
El piquetero y ex funcionario kirchnerista D'Elía defendió a Boudou y consideró que "el único delito" que cometió el compañero de fórmula de Cristina Kirchner "es haber enfrentado a los banqueros chorros de este país". "Eso no se perdona", analizó.
La semana pasada el otrora ministro de Economía durante 2007 y 2011 recibió otro revés de la Justicia.El juez federal Norberto Oyarbide lo procesó por haber recibido dádivas al aceptar un extraño viaje en helicóptero. Esta imputación se suma a la del caso Ciccone, donde el ex vicepresidente se encamina hacia el juicio oral y público.