Desde la publicación de su libro, Mauro Icardi vivió algunas semanas agitadas por un problema con una de las facciones de la barra del Inter, que puso en duda su continuidad como capitán del primer equipo italiano.
Los insultos, en inglés y en italiano, comenzaron a expandirse a la velocidad de las redes, por lo que el futbolista decidió tomar cartas en el asunto y bloqueó los comentarios en Instagram.
Es decir, su cuenta sigue siendo de acceso público, pero ya no se pueden dejar opiniones. Su mujer, Wanda Nara, optó por tomar la misma medida, pero sólo en determinadas imágenes.