Con la baja de la inflación se percibe un alivio que ahora debería ser consolidado por el gobierno nacional.
Desde hace un tiempito, algo impreciso, se percibe un ánimo renovado de cara al año que va terminando y el que viene. El toque de optimismo se traduce, por ejemplo, en el índice de confianza hacia el gobierno -mensurado desde 2001 por la Universidad Torcuato Di Tella- que pondera una expectativa favorable sobre la marcha de la administración y la capacidad de resolver problemas.
La inflación no lo es todo, pero es mucho. Si bien los índices son altísimos para cualquier país normal, el sólo hecho de que se vayan desacelerando marcan un sendero de alivio. El Presidente ha perdido cuotas de popularidad con el correr de los meses a causa del ajuste desparejo, en el que algunos sectores han corrido con mayores sacrificios que otros. Como contrapartida, el cumplimiento de su progama antiinflacionario le da la base de sustentación y los apoyos suficientes para asegurar la gobernabilidad.
La batalla declarada contra la inflación es el objetivo prioritario, aún a costa de la licuación de los ingresos y de la quita del financiamiento de la infraestructura y de servicios prioritarios que normalmente recaen sobre el Estado. Las secuelas forman parte del debe y de la caída de la imagen positiva de Javier Milei, que se verifican en la recesión de la actividad económica y la impaciencia social. La fortaleza se resume en la desinflación de precios, la calma de los mercados del dólar, y en la tendencia a la estabilización, que le han posibiitado al Banco Central otra baja en la tasa de interés de referencia.
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Aunque hay una baja de la inflación en el inicio de este mes aumentaron los precios de los combustibles.
Para una población que históricamente ha sufrido los estragos de una inflación que corroe los ingresos, que genera conflictos por la puja salarial, y que supone una convivencia angustiante con la incertidumbre, la desaceleración del ritmo de crecimiento de los precios implica un alivio profundo.
Los antecedentes nos marcan hitos de la valoración social con consecuencias políticas y electorales, relacionadas con las bajas inflacionarias. Gracias al Plan Austral, Raúl Alfonsín obtuvo un rotundo triunfo electoral en las legislativas de 1985, cuando logró doblegar la inflación de dos dígitos mensuales que había heredado de la dictadura militar. Carlos Menen se aseguró la reelección de la mano de la Convertibilidad, que había derrotado la hiperinflación de su primeros años de gobierno, y la que heredó de los últimos meses del gobierno radical.
Con inflación e incertidumbre se nublan las mentes; como contrapartida, un clima de estabilidad permite dar lugar a la esperanza, aún con los problemas de ingresos y de empleo. Con niveles cercanos al tres por ciento mensual, el histórico problema estructural de la Argentina está lejos de ser superado, pero la tendencia corre a favor de los objetivos del gobierno.
Néstor Kirchner solía decir cuando todas las variables iban hacia arriba, incluso con superávits gemelos, todavía faltaba mucho para salir del infierno que había heredado. Era una forma de empatizar con los padecimientos de la población y de ganar tiempo para avanzar en su proyecto político que tendría continuidad con Cristina Fernández.
Después de casi dos décadas de desbarajustes de las variables macroeconómicas, y de cooptación del Estado como si fuera un botín de recursos partidarios, Milei busca establecer un nuevo paradigma, con sus luces y sus sombras.
Un aspecto destacado que llevó a Javier Milei de los paneles televisivos a la Presidencia de la Nación, se basó en su mentado pregonar contra la "casta". Así se posicionó como un adalid capaz de enfrentar a los poseedores de los privilegios que han encarnado los políticos tradicionales y sus beneficiarios.
Ese discurso se hizo bandera en las multitudes que terminaron votando al libertario contra su rival Sergio Massa, quien representaba política y culturalmente todo lo que se pretendía cambiar.
El avance en la desregulación del Estado se monta sobre esas intenciones de terminar con los bolsones de privilegios y de los que sacan provecho de la maraña de normativas que es necesario desanudar para que lo estatal no sea sinónimo de burocracia ineficaz y corrupta.
El problema es la desmesura que termina desprotegiendo y profundizando la debilidad de los más vulnerables, desconociendo que el mercado tiene fines y lógicas que no pueden suplantar al Estado en determinados roles administrativos y normativos, ni como garante de derechos y de servicios.
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Esta semana Javier Milei echó a Diana Mondino, de la Cancillería.
La falta de equilibrio y de formación política de Milei, provoca que su espontaneísmo agudizado lo lmpulse a echar a Diana Mondino de la Cancillería de una forma cuanto menos desprolija, que al mismo tiempo expone la inconsistencia de su gobierno en política exterior, pese a que pretende ser una referencia libertaria mundial.
Ante el recambio de gestión que EE.UU .decidirá el martes, el gobierno argentino tendrá la misión de profundizar relaciones comerciales y financieras con las nuevas autoridades -más allá de los votos ocasionales en Naciones Unidas o en la OEA-, ya se trate de una continuidad demócrata, con quien el nuevo canciller Gerardo Werthein tiene fluidos contactos, o del republicano Donald Trump, de relación amigable con Javier Milei. En caso de un regreso del ex presidente a la Casa Blanca, se augura una política más proteccionista que la del gobierno demócrata, lo que de todos modos generaría oportunidades que el país debería saber capitalizar en su relacionamiento con el polo asiático, liderado por China, que buscará aceitar la comercialización con los mercados alternativos.
Con ese perfil de justiciero y de refundador del país que trata de establecer en sus declaraciones, en los foro empresarios donde asiste, o a través de twiiter, el Presidente suele caer en sus propias redes por su carácter impulsivo y carencia política. En su afán de arremeter contra la casta, pero además, de descalificar a todo aquel que le presente una adversidad, Javier Milei comete excesos inconvenientes para su rol presidencial. Con esos actos, también demuestra una predilección por las falsas narrativas orquestadas que tanto caracterizaron al kirchnerismo, una manía que debería combatir, más que todo, por lo que entraña esa práctica gubernamental que había prometido erradicar. Arremetiendo, por ejemplo, contra la figura de Raúl Alfonsín, quien trasciende largamente las fronteras del radicalismo, no sólo lo coloca en el lugar de falseador de la historia reciente, sino que lo mal predispone con la gran mayoría que valora a un referente emblemático de la convivencia, la honestidad y el coraje cívico.
Pugnar contra el status quo que ha consagrado las injusticias y la decadencia del país sí le suma a la gestión presidencial -al igual que el combate a la inflación-, para lo cual tendrá que afinar más la puntería. El temita remanido de cerrar el Banco Central, y la dolarización absoluta, parecen haber quedado en el pasado, mientras que lo que se impone es la necesidad de estabilización de le economía, una meta que poco a poco ha empezado a entusiasmar a la población, que sigue otorgando crédito al gobierno, en tanto que los opositores están cada vez más divididos y desorientados.
El saneamiento de las cuentas públicas y un horizonte de previsibilidad son el marco necesario para trazar una hoja de ruta en las inversiones y la reactivación de la actividad económica, que traerían mejoras en empleos y los ingresos. Los datos muestran que los salarios están teniendo una recuperación frente a la inflación -más en el sector privado que en el estatal-, y el diseño del presupuesto nacional es estratégico para establecer un escenario más promisorio para 2025. En esa línea, un sector propositivo de la oposición está promoviendo cambios, sin alterar el equilibrio fiscal, que pueden ser beneficiosos para jubilaciones y para el financiamiento educativo, modificando partidas y rebalanceando impuestos.
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Los 34 proyectos que pretenden explorar la minería en Malargüe salieron airosos con su Impacto Ambiental de la Cámara de Diputados. Ahora le toca al Senado
Sea como fuere, la estabilidad económica y la normalización del país es lo que más favorece a Mendoza, que tiene la posibilidad de ir potenciando diversas áreas, justamente lo que suele destacar el gobierno de Alfredo Cornejo.
Mediante la participación de la Legislatura, la gestión está avanzando en los proyectos mineros de Malargüe . Con la posesión de la totalidad de los fondos de Portezuelo, hay una serie de licitaciones en marcha, algunas ya lanzadas y otras que están en proceso y que se irán concretando en los meses venideros. Obras de inversión en agua y saneamiento, pavimentación de caminos productivos y logísticos, obras de riego, e infraestructura energética serán moneda corriente en el paisaje mendocino.
Por estos días, se han celebrado en Mendoza actividades nacionales relacionadas con la vitivinicultura, la gastronomía y el enoturismo. El año pasado arribaron 3 millones 800 mil turistas a la Provincia, precisó Alfredo Cornejo. Este sábado se realizó un convocante y plural encuentro por el Día de la Tradición en San Carlos, que seguramente se afirmará en el calendario anual. Las comunas se están animando a realizar diversas actividades con convocatorias populares. El gobierno nacional cedió tierras y establecimientos necesarios para Ciudad, Guaymallén y San Carlos. Los desarrolladores de El Azufre podrán comprar y escriturar las tierras en Malargüe para escalar el polo de esquí con inversiones que superarán los 200 millones de dólares. Directivos de Aeropuertos Argentina 2000 confirmaron en el programa Rumbo Directo, de Radio Nihuil, la ampliación y mejoras de la aeroestación Francisco Gabrielli. Este lunes llega la "Generación Dorada" de basquet a Mendoza para disfrutar de sus encantos.
Si la Nación se ordena, y da garantías de institucionalidad y previsibildad, se abre un abanico de oportunidades. Está claro que no se puede desconocer las penurias que sufre más de la mitad de la población y la pauperización de la clase media, pero al mismo tiempo hay que visualizar por dónde está el camino de la superación.
