Por Alejandro Gamero y José Luis Salas
Hoy ya tiene 30 años, pero desde el 2003 la vida de Pablo Cordero ha quedado limitada apenas a abrir y cerrar los ojos a diario, totalmente inconsciente de lo que le pasa, atrapado en su cuerpo como le sucediera hace 10 años, cuando quedó atrapado bajo una avalancha de personas en el estado Pacífico, durante un recital de la mítica banda de rock Bersuit Vergarabat.
Aquel fue el primer recital al que Pablo asistió, con 20 años entonces, y también fue el último, ya que tras el accidente quedó en estado vegetativo permanente. No se trata de un estado de coma, pero es como si lo fuera.
La medicina describe que el coma presenta como síntoma clínico “un estado agudo del sueño”.
En cambio, el estado vegetativo se caracteriza por “ciclos de apertura y cierre de los ojos, ausencia total de conciencia de sí mismo y del medio ambiente y preservación completa o parcial de las funciones autonómicas del hipotálamo y del tronco”.
Por esta implacable consecuencia, la Justicia provincial impuso en 2010, y ratificó a través de la Suprema Corte el 20 de noviembre pasado, una condena millonaria contra la Bersuit y su ex líder, Gustavo Cordera; contra el club General San Martín, dueño del estadio Pacífico, y contra la Municipalidad de Capital.
Silencio, dolor y esperanza
La familia Cordero prefirió resguardarse en el silencio ante la novedad de la sentencia.
Se supo sí que vivieron la noticia con dolor, con sentimientos encontrados y con la certeza de que una millonada no cambia el presente, aunque servirá para sobrellevar el trance con la esperanza, más allá de la medicina, de que algún día lo supere.
►1.8 Millones. Es la suma que los demandados deberán pagar a la familia del joven sanrafaelino, accidentado en el show por una avalancha.
►150 por ciento más de público permitido. Así lo determinó la pericia del juicio civil, que estipuló que el estadio Pacífico excedió en esa cifra la capacidad reglamentaria.
Lo que dijo la Justicia
El caso
El 13º Juzgado Civil resolvería el pago de $1,2 millones, pero sin condenar a la Bersuit, que fue sentenciada por la 4ª Cámara Civil.
Sobre el recital
Estaba excedido de público, las ventanas clausuradas, el interior era “una caldera”, no había ambulancias y la salida para 6 mil personas era una sola y en fila.
Sobre el club
Que el estadio Pacífico no cumplió con la normativa de seguridad que exige la ley, además de no tener servicio de emergencia disponible para una urgencia.
Sobre el municipio
Que la comuna de Capital autorizó el ingreso de más espectadores de los que recomendaban las normas de seguridad, sin ejercer los controles de rigor.
Sobre la Bersuit
Que Gustavo Cordera y la banda son responsables por “conexidad contractual” y, por tanto, tienen tanta obligación como los organizadores de velar por la seguridad.
►De los organizadores. No condenó ni a la Asociación Brazos Abiertos, porque la familia no accionó en contra de la ONG, ni al productor local Belisario Albarracín, por falta de pruebas.