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Uno de los más importantes humedales de Sudamérica está vacío. La última vez que se registró un estado similar fue hace 50 años. Hace ya cuatro años que el espejo de agua venía registrando una disminución de su caudal. Lugareños han hallado aves muertas.

La laguna de Llancanelo está seca

Por Javier Cusimano

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La laguna de Llancanelo, uno de los más importantes humedales de Sudamérica, ubicado en Malargüe, se secó y el tesoro natural que lucía como un oasis en la geografía desértica de la zona desapareció por el momento. Según los especialistas, este evento no ocurría desde hace 50 años, aunque era esperable que se produjera debido a la alarmante crisis hídrica que atraviesa nuestra provincia.

Actualmente sólo se observa un único espejo de agua en la región sur de la reserva, alimentado por el arroyo Carapacho. Tal como explican los pobladores de la zona y funcionarios del área de Recursos Naturales, hace ya cuatro años que el humedal comenzó a disminuir paulatinamente su caudal y durante esta temporada de verano se desvaneció casi por completo.

Lugareños que viven al límite de la laguna aseguran que debido a este proceso se observan muchas aves muertas y que la sequía ha puesto en emergencia la cría del ganado en la región, mientras que miembros del grupo de Conservación de Flamencos Alto Andino indicaron que en el escenario es notable la disminución general de la fauna.

El domingo se celebra el Día Mundial de los Humedales en conmemoración de la firma de un convenio internacional alcanzado en Ramsar durante 1971. Se trata del primer tratado en el planeta relativo a la conservación y el uso racional de los humedales, del que la laguna de Llancanelo forma parte desde 1995.

Las explicaciones

Para el ingeniero Mariano Pandolfo, delegado de Irrigación en Malargüe y uno de los encargados de controlar del cupo de agua que ingresa a la laguna, lo que está ocurriendo es una complicación natural pronosticada de antemano y provocada básicamente por tres factores. El primero y más importante de todos es el escaso caudal del río Malargüe.

Le siguen la falta de precipitaciones, la evaporación de los lechos superficiales y la profundidad que han alcanzado los afluentes subterráneos que también han sabido alimentar por años al humedal. El experto detalló que la laguna es la que más sufre los desfavorables índices de escurrimiento ya que se encuentra en la cola del sistema.

“Hoy si se hiciera pasar el caudal completo del río sin destinar agua para la población y los cultivos, debido al escurrimiento del camino tampoco se llenaría la cuenca”, señaló Pandolfo. A la vez especificó que la superficie de riego no ha aumentado y que además desde 1994 por intermedio de un decreto se le otorgó a Llancanelo una concesión para garantizar su cantidad de agua.

Según el funcionario, las altas temperaturas son probablemente otro de los elementos para tener en cuenta y que permiten reflexionar sobre las causas de la sequía. “No hay registros de temperaturas tan altas en años anteriores, el cambio climático hace sufrir crudamente las consecuencias sobre el espejo de agua que se volatiliza más rápido que antaño”, apuntó.

Asimismo dijo que desde Irrigación previendo esta coyuntura se rectificaron durante 2013 aproximadamente 1.500 metros de terreno a través de canalizaciones para garantizar que se pierda la menor cantidad de agua en el recorrido hasta la Depresión de los Huarpes.

La obra tuvo un costo de $250 mil pero no alcanzó para revertir la indeseable situación que está afectando al departamento sureño.

“Es una cuestión natural y climática, hemos puesto todo el empeño pero a pesar del esfuerzo no pudimos evitar que el cauce se secara. No sabemos si el año que viene será peor o igual. Lo único que rogamos es que se empiece a recuperar. Lo que estamos haciendo es medir a través de una estación todas las variables y continuar investigando este proceso”, cerró.

Estado de alerta por la fauna

La sequía general que afecta a la zona Sur mantiene con la cuerda al cuello no sólo a los dueños de fincas y cultivos sino también a los criaderos que si bien no dependen directamente del agua de la laguna sí lo hacen de la del río Malargüe. Su escaso caudal tiene a los pobladores de la región más desesperados que nunca y atemorizados de que se siga profundizando la crisis hídrica.

Tal como relata Antonio Barros, dueño de una considerable cantidad de ganado vacuno, “las capas subterráneas de agua se han ido muy abajo y es difícil hacer extracciones. Hace 35 años que vivo en estas tierras y nunca presencié una situación similar. De seguir este proceso me voy a ver obligado a tener que vender los animales”, describe sobre las dificultades que padece sobre sus 7.000 hectáreas.

“Antes había más de 100 especies de aves y animales terrestres y ahora hay que venir hasta acá para contar pájaros muertos. La mayoría de los flamencos que llegaban desde Canadá andan dando vueltas con pocas posibilidades de subsistencia”, opinó el lugareño que ocupa los márgenes de este paraje considerado desde tiempos antiguos uno de los más privilegiados de Mendoza.

Sobre este aspecto el profesor en Ciencias Naturales y especialista en humedales Heber Sosa afirmó que existe una disminución no sólo de la población de aves sino también de otros animales que componen la fauna de la reserva, si bien explicó que son normales este tipo de fluctuaciones y que las mismas están determinadas por el caudal del lago.

“Se realiza un seguimiento poblacional de especies desde 1986, a través de censos coordinados entre el Gobierno y organismos sociales o privados. Lo que se hace es analizar a partir de datos los bañados, las ciénagas y los humedales asociados y hemos descubierto que desde hace 28 años se advierten pronunciadas alteraciones que son naturales”, explicó el científico.

“No es un estado tan preocupante, si las aves no encuentran buenas condiciones buscan otros ambientes o se desparraman por la periferia. Si hay aves muertas es posible que haya sido provocado por otro evento que habría que analizar. Por el momento los que están quedando son los flamencos, que tienen mayor capacidad de adaptación que otros”, detalló Sosa.

El profesor también aclaró que este retraimiento de los humedales no ocurre sólo en Mendoza sino que afecta a toda la franja andina desde Jujuy para abajo.

“En el 2000 se observó un buen caudal llevando la altura de la cuenca cerrada a su máximo, sin embargo a partir de 2009 en adelante se originó una baja. En todos los casos son importantes las nevadas y las precipitaciones”, sentenció.

Historia de preservación de esta área

  • 1980. Fue declarada Reserva Faunística Provincial.
  • 1983. Se realizaron los primeros estudios científicos en el área.
  • 1992. Se habilitó por primera vez el servicio de guardaparques.
  • 1995. Fue incluida en el listado de humedales Ramsar.
  • 1998. Se dividió la región en las áreas de ganado y de nidificación de aves.
  • 2001. Se solicitó la inclusión de la laguna en el Registro de Montreux.
  • 2007. Se amplió el área protegida a 88.000 hectáreas.

Características de la reserva provincial

  • Está a 470 kilómetros de Capital y a 65 kilómetros al este de la ciudad de Malargüe.
  • Ocupa una superficie de 65.000 hectáreas, con 120 kilómetros de perímetro.
  • Presenta una extensión de 50 kilómetros de norte a sur y de 12 kilómetros de este a oeste.
  • Su profundidad era en buenas épocas de lluvia y nevada menor a un metro.
  • La superficie total de la cuenca es de 4.600 kilómetros cuadrados.
  • Conviven 165 especies de aves junto con 20 especies de mamíferos.
  • Cobija anualmente a una población de 150.000 aves.
  • Es el único humedal con límites volumétricos de 600 metros de aire y de tierra protegidos.

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Vista aérea. Actualmente se observa un único espejo de agua en la región sur de la reserva alimentado por el arroyo Carapacho. El resto está desértico.
Vista aérea. Actualmente se observa un único espejo de agua en la región sur de la reserva alimentado por el arroyo Carapacho. El resto está desértico.