Gonzalo Villatoro
Cada jornada comenzaba con ansiedad, en medio de la euforia y la emoción que hacían derramar lágrimas y al final del día el corazón invitaba al recogimiento y el alma descansaba en una inigualable paz interior. Son sensaciones de un grupo de peregrinos que estuvieron inmersos en un mar de bendiciones entre los 2.000.000 de jóvenes que acompañaron al papa Francisco en Brasil durante la Jornada Mundial de la Juventud.
“Qué más podemos pedir, estuvimos con el Papa en el santuario de Aparecida, compartimos la misa y recibimos la bendición”, escribió la profesora Mariela Perfumo en su cuenta de Facebook.
Fueron más de 500 laicos, sacerdotes y religiosas que viajaron desde el sur mendocino a Río de Janeiro a la JMJ guiados por el obispo Eduardo María Taussig.
Desde el sábado pasado cada mensaje fue un pequeño capítulo que intentó reflejar el gozo de los peregrino por estar junto al Sumo Pontífice.
“Es impresionante, estamos a escasos metros mientras está saludando”, comentó el padre Marcelo López cuando parte del grupo ingresó a la catedral de San Sebastián para el encuentro que el Papa mantuvo sólo con argentinos.
El frío, la lluvia y la falta de conectividad
Estaba fuera de todo cálculo y parecía imposible, pero la naturaleza les jugó una extraña pasada y aunque era Brasil, gran parte de la JMJ se vivió bajo una intensa lluvia y el frío. Las noticias que llegaron de la ciudad carioca dieron cuenta de ello, aunque fuera con cuentagotas.
Es que la saturación de las redes, telefónicas y de internet hizo casi imposible mantener un contacto fluido.
“Están bien y muy emocionadas, pasaron mucho frío pero lo vieron dos veces al Papa, igual no es mucho lo que pueden contar porque casi no se pueden conectar, hay muchos problemas”, contó Nancy García, mamá de Gabriela, una de las adolescentes que integraron la delegación.
“Pude hablar sólo un minuto, cuesta horrores comunicarse, pero sé que estuvieron cerca del Papa”, dijo feliz Miguel Matellanes tras tener un breve contacto con Perla y Lucía, esposa e hija.Argentinos.
Otros datos
Los sacerdotes Carlos Peteira y José Andujar fueron los representantes de la diócesis de San Rafael que ayer celebraron misa con el Papa.
“Muy bueno y profundo” fue el mensaje que transmitieron los fieles luego de participar en el Vía Crucis en la playa de Copacabana.
