Cuando el acné ha sido severo quedan cicatrices que hoy pueden atenuarse e incluso desaparecer completamente, aún en la piel madura, con nuevos tratamientos que regeneran la piel.
El acné es una de las afecciones más frecuentes en todo el mundo y una preocupación seria para el 80% de las personas entre los 12 y 25 años. Las estadísticas médicas señalan que la patogenia del acné comprende al 8 % de los adultos de entre 25 y 34 años y al 3 % de los que superaron los cuarenta.
El cuadro clínico resulta significativamente variable, y se extiende desde el llamado acné comedónico (pequeños puntos negros, blancos o microquistes) al acné fulminans (forma rara de acné que suele afectar a hombres en la adolescencia).
La recomendación de un tratamiento precoz evita la aparición de cicatrices, riesgo que se corre cuando el paciente acude a la consulta tras soportar sucesivos brotes de acné.
El acné severo deja marcas y cicatrices, producto de lesiones cutáneas. En los casos más graves se produce daño dermatológico profundo y consecuentes depresiones en la piel.
Las cicatrices más frecuentes suelen identificarse como hipertróficas y queloides, y son aquellos casos en los que el tejido aumenta de tamaño. Las cicatrices atróficas pueden ser puntiformes y profundas, o depresiones en la piel de mayor superficie y menor profundidad.
La doctora Marisa Tobío, endocrinóloga y graduada en Clínica Estética de la Universidad de Buenos Aires especialista en tratamientos de acné, advierte que “es una enfermedad multifactorial que deteriora en alto grado la calidad de vida y causa trastornos de gravedad, entre ellos el de la depresión”.
Tratamientos ablativos:
La forma habitual de tratar estas cicatrices era con peelings químicos profundos o dermoabrasiones intensas, los cuales producen una destrucción de capas de la epidermis buscando con ello una renovación y atenuar las imperfecciones.
Desde ya, dice la doctora Tobío, cada paciente requiere una evaluación individual. Hoy se dispone de tratamientos que aportan resultados altamente positivos. El especialista determinará si resultan aconsejables los tradicionales peelings químicos o las llamadas dermoabrasiones, procedimientos que buscan la restauración de capas epidérmicas.
Existen también equipos de láser llamados ablativos (Co2 o erbio) que inducen, mediante calor, la renovación celular de la epidermis y de la dermis, un recurso que consigue importante mejoría, aun cuando requiere de un período de recuperación de tres a cuatro semanas con períodos de enrojecimiento de la piel y posterior descamación.
Tras un tratamiento de este tipo, se produce un oscurecimiento de la piel y una descamación posterior, la piel queda algo enrojecida durante unas semanas. Por este motivo, el paciente necesita muchos días para reincorporarse a sus actividades normales.
Métodos regeneradores de la piel:
De acuerdo con la doctora Marisa Tobío, la búsqueda de tratamientos que no impliquen disminución en la actividad normal del paciente y que acorten la etapa de recuperación, condujo al desarrollo de los láseres fraccionados no ablativos que contribuyen eficazmente en el tratamiento de las cicatrices causadas por el acné. Regeneran la epidermis y la dermis, proveen la formación de nuevo colágeno y mejoran la pigmentación. Regularmente el proceso terapéutico mediante láser fraccionado no ablativo demanda cuatro sesiones, separadas entre si por unos 30 días. Tras realizar la sesión, el paciente presenta un enrojecimiento de la piel que suele durar 2-3 días, pero es algo que se puede corregir con un ligero maquillaje y puede continuar con las actividades normales.
El paciente notará poco a poco una mejoría en el aspecto de su piel. Las cicatrices se atenúan, el poro se cierra con notoria disminución de la secreción sebácea. Estimaciones recientes determinan que el proceso completo de recuperación se logra tras seis meses desde la finalización del tratamiento.
Los pacientes que presentan cicatrices con hundimientos importantes pueden mejorar con la aplicación de productos de relleno, como el ácido hialurónico de diferentes densidades, que ayuda a disimular las imperfecciones.
La aplicación de productos de relleno es sencilla y poco molesta para el paciente. La mayoría de los productos que se emplean actualmente se degradan, con lo cual se necesita un mantenimiento periódico.
Cicatrices de acné en pieles maduras:
“Hay que tener en cuenta que el envejecimiento de la piel tiende a acentuar las ya existentes cicatrices de acné. Para los casos que denotan adelgazamiento y flaccidez de la epidermis son recomendables los tratamientos con radiofrecuencia, que reportan formación y renovación del colágeno y de las fibras elásticas. La piel se tensa, lo que mejora la flacidez y ayuda a atenuar las cicatrices de acné”, concluye la doctora Tobío.
Aunque la mayoría de los pacientes que consultan por marcas de acné suelen ser jóvenes o de mediana edad, existe un grupo de pacientes de más edad que deciden en este momento mejorar sus cicatrices.
Fuente: Dra. Marisa Tobío, MN 70519 / www.dramarisatobio.com. Médica egresada de la UBA, especialista en endocrinología, Postgrado en Clínica Estética de Universidad Nacional de Buenos Aires.