El pasado día de San Valentín la tripulación de un vuelo de Ryanair entre el aeropuerto de Stansted (Londres) y Oporto (Portugal) se vieron obligados a llamar a la policía tras pasar retenidos 11 horas en un avión en el que se disponían a viajar un centenar de pasajeros, según informó la prensa británica esta semana, en rotativos como «Daily Telegraph» o «Daily Mirror». Los viajeros denunciaron que, pese a que había menores de edad entre el pasaje, la aerolínea no suministró ni comida ni bebida. Uno de los pasajeros, incluso, grabó un video sobre el incidente.
Tras solicitar infructuosamente a los empleados de la «low cost» irlandesa que les dieran víveres, los viajeros llamaron a la policía, tras permanecer durante tres horas retenidos en el avión. Según uno de los usuarios, se realizaron aproximadamente 50 llamadas. Finalmente, los agentes se personaron en el aeroplano y permitieron a los clientes esperar en la terminal. Tras un retraso total de 11 horas, el aparato despegó con rumbo a la ciudad lusa.
Las disculpas de la compañía
Ryanair se disculpó por la demora y matizó que la compañía sí ofreció comida y agua a los viajeros. Asimismo, puntualizó que fue el propio comandante del avión el que llamó a los agentes de seguridad. La compañía explica que el retraso se produjo por la empresa que ofrece los servicios de asistencia en tierra, Swissport, después de que ese día varios aviones fueran desviados a Stansted procedentes de Heathrow y Gatwick, los otros aeropuertos londinenses, debido al temporal de fuertes vientos.
No es la primera vez que la compañía de bajo coste sufre este tipo de incidentes, con el consiguiente malestar de los pasajeros. El pasado mes de enero en un vuelo de Ryanair que unía Rabat con París un grupo de viajeros decidió saquear el «duty free» del avión después de sufrir un retraso de 24 horas. El detonante del suceso fue el aterrizaje de emergencia en Madrid del avión debido a la enfermedad de uno de los pasajeros, que tuvo que recibir asistencia médica.
Fuente: ABC.es