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El servicio de espionaje de ese país recluta desocupados, en especial banqueros que se quedaron sin trabajo por la crisis financiera.

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Por UNO

El MI6, servicio de espionaje británico, puede explotar la imagen 'glamorosa' de su agente másfamoso, el cinematográfico James Bond, aunque no haya un Aston Martin esperando en el garaje al

futuro agente ni una miss Moneypenny con la que coquetear antes o después de cada misión secreta.

La crisis se ha cobrado muchas vidas laborales, sobre todo en el barrio financiero de

Londres, la City. Muchos son los que dicen que las crisis son oportunidad para renacer, para

reinventarse.

Y es seguramente lo que han pensado muchos banqueros de la City. Porque el espionaje

británico trata de reclutar a banqueros que han perdido sus bien remunerados empleos como

consecuencia de la crisis financiera.

En los últimos meses "muchas personas de la City nos han contactado en busca de trabajo",

declaró a la prensa el jefe del servicio de reclutamiento, que, como corresponde a alguien que

trabaja en el espionaje, se dio a conocer sólo como 'John'.

El activo que los banqueros pueden ofrecer al MI6 (servicio de inteligencia exterior

británico) es en muchos casos el conocimiento de idiomas y también del mundo.

Según 'John', su agencia atrae no sólo a banqueros sino también a médicos, abogados y

empleados de organizaciones no gubernamentales, atraídos por las posibilidades de aventura.

El jefe de reclutamiento explicó a los medios que la agencia está dispuesta a admitir en su

seno incluso a tipos que en el pasado se distinguieron por su radicalismo político con tal de que

demuestren que han cambiado.

Durante la llamada Guerra Fría, el MI6 estuvo infiltrado por agentes al servicio de la URSS,

como Kim Philby y otros graduados de la Universidad de Cambridge: Guy Burgess, Anthony Blunt y

Donald McLean.

El MI6 no limita ya su búsqueda de personal como en el pasado a las universidades de elite

como Oxford o Cambridge, pero sí quiere reclutar a universitarios brillantes que conocen el mundo y

entienden otras culturas.

Dada la amenaza islámica y la importancia creciente de China, la agencia de espionaje busca a

personas que hablen mandarín, árabe, farsi, urdu, pashtún y otras lenguas asiáticas, así como el

ruso y el coreano.

También proyecta reclutar a individuos que dominen las últimas tecnologías, incluidos los

programas de internet.