A la tensión republicana de una interna que a regañadientes coronará al magnate Donald Trump como candidato presidencial, la Convención de Cleveland, Ohio, se palpitó desde las afueras del estadio Quicken Loans con más de 50 protestas, gente portando armas libremente, en medio de un fuerte operativo de seguridad nacional y de un contexto marcado por el rebrote de la tensión racial.
Desde la policía local hasta los servicios secretos cubrieron el arco de 4,5km2 alrededor del estadio, una zona liberada para portar armas de fuego, pero donde fueron prohibidas pistolas de agua o de juguete, pelotas de tenis, latas o cualquier objeto punzante de metal.
A Trump no sólo lo esperaron más de 50 mil visitantes, entre ellos 15 mil periodistas de todo el mundo, sino que también vivió un día de protestas, entre ellas de los miembros de las Panteras Negras, que reivindican el "poder negro", y que llegaron armados porque la ley los ampara.
